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El ciclo del fósforo
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¿De dónde obtienen los animales el fósforo?
La vida en la Tierra depende de varios ingredientes. Uno de ellos es el fósforo. El fósforo se mueve entre los animales y la tierra, entre las plantas y el agua. Las plantas absorben el fósforo del suelo, luego los animales comen las plantas, o se comen los unos a los otros. Cuando las plantas se marchitan, cuando los animales hacen pipí o caca, o cuando las cosas mueren, se libera fósforo y el ciclo vuelve a empezar.
Así un átomo de fósforo circula sobre la tierra durante un tiempo, aunque al final el flujo de las aguas lo llevará al mar. Aquí algún organismo lo recoge, y puede pasarse cien mil años circulando por el mar, hasta que -atrapado en alguna concha- se hunda hasta el fondo del océano. Los pequeños fragmentos de concha -junto con arcilla y otros materiales diminutos- van formando lentamente finas capas en el fondo: el sedimento, Todas esas finas capas de sedimento poco a poco se van prensando, tan apretadas que ¡se transforman en rocas! Con el tiempo, la corteza terrestre cambia; tras millones de años lo que fue el fondo del océano, se vuelve tierra. Ahora el fósforo vuelve a estar en las rocas de la tierra. ¡Pero no se queda ahí !
Con el tiempo las rocas se erosionan, y se deshacen en granitos diminutos. Son procesos geológicos, muy, muy lentos: Les lleva muchos millones de años. La erosión libera el fósforo de manera que las plantas puedan absorberlo. Estas plantas incorporan el fósforo en sus tejidos, ¡y el ciclo entero continúa! Así que, el fósforo existe en tres lugares distintos del planeta.
En el ecosistema terrestre - es decir, en todo ser vivo y en el suelo. En el ecosistema acuático - también aquí en todo ser vivo, y en las capas de sedimentos, en el fondo del océano. El fósforo también está en el sustrato. Muchos otros ciclos de la naturaleza -como los del carbono o el nitrógeno- tienen fases en la atmósfera. ¡Pero el fósforo no quiere tener nada que ver con el aire! Él va a través del sustrato. Esto hace que el ciclo del fósforo sea más sensible que los otros.
Lo que significa que su ciclo puede desequilibrarse fácilmente. Los humanos hemos logrado que con la agricultura moderna, extraigamos el fósforo del sustrato para usarlo de fertilizante en los campos. Los cultivos absorben el fósforo, y cuando los cosechamos, el nivel de fósforo disminuye más rápido en la tierra de cultivo que en la tierra con sus condiciones naturales- donde las plantas se marchitan y el fósforo regresa al suelo. En los métodos de agricultura más modernos, añadimos mucho fósforo a mayores, y durante la cosecha también arrancamos del todo las plantas. Primero: el fósforo que añadimos no se queda en los campos; y segundo: las cantidades antinaturales de fósforo son arrastradas por el agua hasta los lagos y océanos.
El fósforo hace en el agua lo mismo que hacía en los campos: funciona como nutriente de plantas: ¡como fertilizante! Demasiados nutrientes en el agua no son para nada bueno. Lleva a la eutrofización. Con la eutrofización los lagos y otras masas de agua pueden desbordarse. También puede causar un aumento explosivo de algas- llamado floración de algas.
Algunas algas son tóxicas, así que ¡queda prohibido nadar! Cuando el equilibrio del ecosistema se altera de esta manera, no sólo carga la naturaleza con las consecuencias, ¡sino también nosotros, los humanos! Dependemos de la naturaleza y de lo que proporciona- en forma de alimento y otros bienes. Si cambiamos los ecosistemas, no seremos capaces de disfrutar de estos beneficios. Si seguimos actuando como hasta ahora, liberando el fósforo del sustrato a gran velocidad, millones de veces más rápido que la erosión natural, y haciendo que se junte en los sistemas acuáticos, ¡alteraremos aun más el ciclo del fósforo!
Nuestra tierra de cultivo se debilitará, y las cosechas irán a menos. A la vez, los lagos y océanos se desbordarán, y los ecosistemas serán devastados. Con unos pocos cambios en la práctica agrícola, y en la gestión de las aguas residuales y los desechos agrícolas, gran parte del fósforo arrastrado por el agua podría reciclarse como fertilizante, y se podría restablecer el equilibrio del ciclo del fósforo, en cierta medida.