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El habla y el canto
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¿Verdadero o falso? Cuando no hablamos, las cuerdas vocales están cerradas y no pasa el aire a través de ellas.
La voz humana surge de la laringe, donde se encuentran las cuerdas vocales, o mejor dicho, los pliegues vocales. Entre los pliegues vocales hay una hendidura estrecha llamada glotis. Cuando respiras con normalidad, los pliegues vocales están relajados, y el aire pasa a través de la glotis. Pero cuando tensas los músculos en la garganta, la glotis se estrecha. En ese caso hay que empujar el aire a través de ella, y éste empieza a vibrar.
Cuanto más tirantes estén los pliegues vocales, más rápido vibrarán. Y cuanto más rápida la vibración, ¡más agudo será el tono producido! Normalmente, los hombres tienen una laringe y unos pliegues vocales más largos que los de las mujeres y los niños. Por eso sus voces son más profundas. Cuando un hombre usa su voz normal, sus pliegues vocales vibran con unas 100 oscilaciones por segundo.
Los pliegues vocales de la mujer vibran con unas 200 oscilaciones por segundo. Cuando cantas, formas notas distintas tensando y relajando los pliegues vocales, para aumentar o disminuir el tono. Pero no son sólo los pliegues vocales los que determinan el sonido que se oye. Cuando las vibraciones ascienden desde los pliegues vocales en la garganta, la boca, la lengua y los labios también le dan forma al sonido. Moviendo la boca y la lengua, puedes crear distintos sonidos con las mismas vibraciones.
Así que, son dos los factores que determinan cómo suena tu voz. Uno de ellos es cómo vibran tus pliegues vocales. Eso determinará el tono y la amplitud del sonido. El otro factor que determina cómo suena tu voz, es de qué manera las ondas de sonido se forman en la boca, la nariz y los senos. Es aquí donde creamos los sonidos del lenguaje, que nos permiten hablar.
También puedes crear sonidos sin usar los pliegues vocales. Son los sonidos sordos. Se crean única y exclusivamente en el interior de la boca, sin la ayuda de los pliegues vocales. Coloca un dedo sobre la laringe, y compruébalo tú mismo; notarás qué sonidos surgen de la vibración de los pliegues vocales. Cuando susurras, tampoco usas los pliegues vocales.
Lo que haces es crear un murmullo sordo, justo por detrás de los pliegues vocales, con el que luego puedes formar distintos sonidos colocando tu boca y lengua de determinada forma. Cuando entramos en la pubertad, la voz nos cambia. A eso se le llama cambio o engrosamiento de voz. El cambio de voz lo causa el crecimiento de la laringe. Esto hace que los pliegues vocales se alarguen y la voz se haga más profunda.
La laringe crece más en los niños que en las niñas. Por eso, el cambio de voz se nota más en los niños. Cuando cogemos un resfriado fuerte, los pliegues vocales pueden hincharse. Por eso la voz se hace ronca y áspera. Si tienes mucho moco en los senos y la nariz taponada, tu voz también se resiente.
Es casi como pasar de una cueva... ... a una habitación llena de cojines blandos. Se pueden hacer muchas cosas para cambiar la voz. Puedes modificar la amplitud aumentando la presión de los pulmones. Puedes modificar el tono tensando los pliegues vocales.
Con la boca también puedes hacer sonidos graciosos. Pero incluso si varías algo tu voz, siempre será únicamente tuya. ¡No hay nadie en el mundo que suene exactamente como tú! Este dato puede utilizarse para identificar a las personas, usando la tecnología de reconocimiento de voz. Tú voz es única, al igual que la voz de cada persona.