Las aves migratorias

Michael y Leon han ido de paseo por el bosque y se han perdido. -Leon, ¿puedes pasarme la brújula y el mapa, por favor? -¿Qué mapa? ¿Qué brújula? -¿No los has traído? Y ahora, ¿cómo vamos a encontrar el campamento? Tal vez estos pájaros puedan daros alguna pista. No usan ni brújula ni mapa para saber a dónde dirigirse. -¿En serio? Y ¿a dónde se dirigen?

Al final del verano los días se acortan, el tiempo se enfría y las aves tienen menos insectos con los que alimentarse. Cuando ocurren estos cambios, las aves, como los gansos, las cigüeñas y los mosquiteros musicales, saben que se acerca el invierno. Tienen que prepararse para un largo viaje hacia un lugar más cálido. Antes de que las bandadas de aves partan, cada ave tiene que ganar peso. Así podrá volar durante más tiempo sin tener que detenerse.

El pequeño mosquitero musical casi dobla su peso para prepararse para un vuelo de 3 días ¡sin paradas! Las aves están listas para mudarse del lugar donde han pasado el verano al lugar donde pasarán el invierno. [...] Están listas para MIGRAR. Recorrer volando largas distancias resulta duro, sobre todo, para las aves grandes, como los gansos. Si volasen formando una línea recta uno al lado del otro, usarían un montón de energía y tendrían que parar a menudo. Por eso las aves se posicionan en diagonal detrás del ave que va en cabeza, formando así una V.

Cuando el ave a la cabeza agita las alas, el aire se mueve de una forma especial. De esta forma, un ave diagonalmente por detrás, ¡vuela sin hacer nada de nada y ahorra energía! Este joven charrán ártico migra por primera vez. ¡Tiene que ir desde el Polo Norte al Polo Sur volando! Seguirá a los pájaros de más edad que ya han migrado antes. APRENDERÁ dónde se encuentran los mejores alimentos, áreas de descanso y dónde está su destino.

Hay aves, como el cuco, que a lo largo de su viaje usan a las estrellas como guía. Migran por la noche y descansan durante el día. Otras aves, como la cigüeña, saben a dónde ir basándose en su entorno; siguen la forma de la tierra y usan la posición del sol. Migran durante el día y descansan por la noche. Pero, ¿y si el entorno cambia, si se tala un bosque, por ejemplo? ¿O si ahora una carretera atraviesa el mejor campo donde descansar? ¿Seguirán las aves encontrando su camino? ¡Sí!

La Tierra cuenta con un campo magnético. De ahí que la aguja de las brújulas siempre señale al norte. Las aves tienen un material magnético especial en los ojos, ¡y funciona como si fuera una brújula! Saben dónde están el norte y el sur, y se sirven de ello para encontrar el camino. Cuando por fin llegue la primavera al norte, las aves MIGRARÁN de vuelta a casa, para disfrutar de montones de comida y sitios disponibles donde anidar. ¿No sería genial ser una ave migratoria y librarse todos los años del invierno? -Michael, recuerdo este árbol viejo de la última vez que vinimos. ¡Ya sé cómo encontrar el campamento! -Supongo que al final no vamos a necesitar ni mapa ni brújula.