Trilogía del amor: tener una relación

Philip y William están muy enamorados. Es maravilloso. Pero hay algo que tiene a Philip un poco preocupado: William quiere estar con él todo el rato. Aunque Philip le haya dicho que también tiene otras cosas que hacer, William le manda constantemente mensajes pidiéndole respuestas. ¡Esto no es divertido! - piensa Philip. ¿Sólo por ser pareja hay que estar siempre juntos o siempre hablando? Le apetece estar solo y así se lo dice.

William se pone triste. Siente que le falta algo cuando Philip no está cerca. Necesita a Philip. Pero, ¿acaso no es bueno sentir que alguien te necesita? -se pregunta Kim. No, para nada, piensa Philip.

No quiere ser una pieza más del puzzle que William necesita para sentirse bien. Philip quiere que William se sienta bien por sí mismo. Al igual que Philip cuando está con sus amigos o cuando lee un libro. Y sin embargo, a Philip le apetece contarle a William qué ha hecho y enterarse de qué tal le ha ido el día a William para que puedan sentirse contentos el uno por el otro. Así es como debería ser una relación, considera Philip.

Pero cuando William quiere que hagan todo juntos, Philip de alguna manera se siente atado, confinado; le falta el aire. Resulta difícil de explicar. Philip no quiere que William se sienta mal. Y aunque sea genial ser novios, también es un poco estresante, piensa Philip. Molly y Paul también están muy enamorados.

Molly se siente segura y relajada. Es como llegar a casa después de un largo viaje. Molly sabe que no tiene que ser perfecta, que puede ser ella misma. Paul va a quererla pase lo que pase. Pero parece que no todas las parejas se sienten así de bien cuando están juntos.

La hermana de Molly, Nina, está con Rauno. Y Nina está preocupada. Se pregunta si Rauno realmente la encuentra atractiva. Cuando Nina se compara con otras chicas, no se siente bien. Quiere ser más guapa, más inteligente y más divertida.

Molly no entiende qué le pasa a Nina. Debería dejar de compararse con las demás. Es guapísima, inteligente y divertida. A Nina le gustaría creer a Rauno cuando éste le dice que la quiere. Pero no siempre es fácil.

A veces se pone celosa cuando ve a Rauno hablar con otras chicas. Entonces Nina se enfada y le grita. Si realmente la quisiera, no hablaría con otras. ¿Qué? Molly no está de acuerdo. Rauno tiene que poder hablar con quien quiera.

Molly se volvería loca si Paul le dijese con quién hablar y con quién no. En ese caso Molly rompería con él. Rauno no haría eso. Está muy enamorado de Nina, y cuando ella está feliz y se hacen arrumacos, están muy bien juntos. Por eso trata de hacer lo que Nina quiere, para no enfadarla.

Pero eso lo hace sentirse triste, asustado y confuso. Rauno tiene amigas que le importan. ¿Qué tiene de malo hablar con ellas? Nada, le dice Molly a Rauno. Lo único malo en este caso es cómo se ve Nina a sí misma: su propia imagen. Nina necesita ayuda.

Molly promete que irá con Nina a un psicólogo para que tenga alguien con quien hablar. Puede que Rauno también quiera venir. Sí, quiere. Michael y Lina están viendo una peli romántica de las antiguas. Michael casi siempre está soñando con estar con Lina. Él sería su caballero, le solucionaría todos los problemas y la protegería.

Igual que el chico de la película. ¡Por dios! ¡Qué imagen tan anticuada de las mujeres! ¿Acaso no sabe que las mujeres fuertes son capaces de valerse por sí mismas? Michael tendrá que pensar sobre un par de cositas.