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Los Alpes
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¿Cuáles de los siguientes lagos se encuentran en los Alpes?
Los Alpes - la cordillera más joven, más alta y más densamente poblada de Europa. Desde la frontera franco-italiana cerca del Mar Mediterráneo, los Alpes forman una curva hacia el norte, en dirección a Viena, creando una columna vertebral montañosa y gigantesca a través de la Europa Central. Los Alpes ocupan gran parte de Suiza y Liechtenstein y se extienden hasta Francia, Alemania, Austria, Italia, Mónaco y Eslovenia. Hace unos 44 millones de años, chocaron entre sí dos placas de la corteza terrestre: la placa africana y la euroasiática. Roca derretida fue alzándose y gradualmente fue formando los picos de los Alpes.
El pico más alto es el Mont Blanc en Francia, con sus 4 807 metros. Debido a su imponente altura, en los Alpes cae una gran cantidad de nieve. A veces una masa de nieve se precipita ladera abajo causando una avalancha. Otras veces la nieve en la cima de las montañas se compacta y se vuelve hielo. Cuando el hielo baja por la montaña se habla de glaciares.
En los picos de sus altas cumbres, los Alpes no tienen prácticamente árboles algunos. Justo por debajo de la línea de nieve se extienden las praderas de la montaña. Están llenas de hierba, arbustos y diminutas flores blancas, llamadas edelweiss, un símbolo de Suiza. Más abajo arrancan los bosques. Los bosques más altos son sobre todo de píceas, pinos y alerces.
En la parte baja de las laderas abundan los robles, las hayas y los castaños. Hay algunos animales que se han adaptado bastante bien a la vida en estas montañas: un cabra robusta y ágil llamada íbice, una ardilla de cuerpo fuerte, llamada marmota alpina y la liebre de la montaña con su color blanco como la nieve. Los humanos también se han adaptado a la vida en los Alpes. Los Alpes han estado habitados desde los tiempos de la prehistoria. Cuando los humanos pasaron de la caza y la recolección al cultivo, la gente de los Alpes desarrolló un método particular.
En invierno criaban al ganado en los establos de las aldeas, y luego, en verano, lo llevaban a las praderas altas de la montaña donde los animales podían pastar. A esta práctica se la conoce como transhumancia y sigue practicándose en la actualidad. Durante la época romana los Alpes se convirtieron en importantes campos de batalla porque formaban una barrera natural entre la Europa germánica al norte y la mediterránea al sur. En el siglo III el general Aníbal guió su ejército desde Iberia, la actual España, a través del Puerto del Pequeño San Bernardo para invadir las tierras romanas. Siglos más tarde, en el siglo XIX, Napoleón Bonaparte de Francia cruzó los Alpes con su ejército para derrotar a los austriacos en Marengo, Italia.
Durante la Primera Guerra Mundial, Italia y el Imperio Austro-Húngaro lucharon en los Alpes eslovenos, y en la Segunda Guerra Mundial, los aliados se enfrentaron a las fuerzas alemanas e italianas en la frontera franco-italiana de los Alpes. Con tanta historia y belleza natural, no es de sorprender que los Alpes sean un destino turístico muy popular. Los turistas empezaron a visitar los Alpes a finales del siglo XIX con la construcción del ferrocarril. Llegaron más a lo largo del siglo XX, cuando las vías ferroviarias se fueron extendiendo y se abrieron túneles de paso. Hoy en día llegan cada año unos 120 millones de turistas a los Alpes.
Vienen para disfrutar de las vistas de los lagos transparentes y profundos, como el Lago de Ginebra, el de Constanza y el de Como. O para visitar los parques nacionales que albergan y protegen la flora y fauna alpina, únicas en sus especies. Todos los pueblos alpinos proporcionan alojamiento, comida y entretenimiento a los turistas. Si vas a los Alpes, puede que oigas una especie de canto: el yodel. Puede que oigas un instrumento típico y tradicional: la trompa alpina, usada para mandar señales de un valle a otro, y puede que intentes la talla tradicional o incluso hacer un queso.
Decenas de miles de años de historia han ido moldeando la rica cultura alpina - esto, junto con su paisaje único y la vida salvaje de sus montañas, seguirá, sin duda, atrayendo a los visitantes de los siglos venideros.