Los reptiles

María está en la selva con un guía aprendiendo cosas sobre los animales que viven en ella. Ya han visto un lagarto, un gecko y un camaleón. María tiene la esperanza de ver también una serpiente, y quizás incluso un cocodrilo o una tortuga cuando lleguen al río. A pesar de que todos estos animales no se parezcan entre sí, ¡tienen mucho en común! Tanto que los agrupamos dentro de la misma clase animal: los REPTILES.

Veamos qué características hacen que todos ellos sean reptiles. Todos los reptiles tienen una columna vertebral, lo que los convierte en vertebrados. Todos ellos son de sangre fría, lo que significa que no son capaces de regular su temperatura corporal. Dependen del entorno para mantener el calor o frío necesarios para sobrevivir. ¡De ahí que los veamos tan a menudo tomando el sol! Los reptiles respiran por pulmones, todos tienen cola y cuatro patas.

Las serpientes son una excepción: ellas no tienen patas. Pero evolucionaron a partir de animales que sí tenían cuatro patas, hace millones de años. La piel de los reptiles está cubierta de escamas, que los protegen contra heridas y contra la deshidratación. Por último, hay un rasgo más que casi todos los reptiles comparten: ¡Los reptiles hembra ponen huevos! Los huevos está recubiertos por una cáscara como de cuero.

Con ella se protege a los pequeños reptiles y se crea el entorno perfecto para que se desarrollen. Transcurridos un par de meses, los huevos eclosionan y salen los pequeños reptiles, ¡que son una versión en miniatura de los padres! Pero el guía de María está preocupado. Dice que una ciudad cercana quiere expandirse y construir una carretera que atraviese la jungla. Esto destruiría el hogar de los reptiles y de muchos otros animales.

Le cuenta a María que ya está pasando en muchos lugares en los que hay reptiles. María se disgusta mucho, por eso decide contarles a todos sus amigos y conocidos lo interesantes que son los reptiles ¡y que todos deberíamos ayudar a proteger su hábitat natural!