
El impacto de la contaminación humana

Actualiza para más contenido
¿Verdadero o falso? El agua contaminada es apta para beber.
Los humanos somos una especie increíble. Hemos aprendido a usar el fuego para cocinar y a hacer herramientas. Cultivamos nuestro propio alimento y lo llevamos a cualquier parte del mundo. También somos la única especie que tiene coches y smartphones y que usa tecnología avanzada para fabricarlos. Pero todo lo que hacemos tiene un gran impacto en nuestro planeta.
Todo tipo de actividad humana produce energía, como el sonido o la luz, y sustancias que no pertenecen al entorno natural - al menos no en esas grandes cantidades. Una vez liberadas, se expanden, con el paso del tiempo se acumulan y acaban por afectar a la naturaleza de un modo negativo. Contaminan. Hay cuatro tipos de contaminación causada por los humanos: la contaminación del suelo, la del agua, la atmosférica y la contaminación relacionada con la energía. La basura que vemos en el suelo o en los vertederos es un buen ejemplo de contaminación del suelo.
Sin embargo, la contaminación del suelo implica otras maneras más de destruir no sólo la tierra sino también sus recursos, por ejemplo, la extracción de minerales, la deforestación y la agricultura. Estas actividades pueden agotar los nutrientes del suelo y causar erosión, lo que dificulta el crecimiento de las plantas y las hace más vulnerables a las enfermedades. Ese tipo de actividades también cambian los hábitats naturales poniendo en peligro a muchas especies y obligándolas a tener que marcharse. La tierra también puede contaminarse con los productos químicos de las granjas, las fábricas y los vertederos. Si esos productos químicos se cuelan en los arroyos o en las aguas subterráneas, contaminan también el agua.
La contaminación del agua ocurre cuando las sustancias como las aguas residuales o los productos químicos o los metales pesados pasan al agua y la contaminan haciendo que el agua ya no sea apta para el consumo: ni para beber, ni cocinar ni el aseo, ni tampoco para la agricultura. Otra causa de contaminación del agua son los vertidos de tanques petrolíferos o plataformas dañados. El petróleo forma una gruesa capa en la superficie que impide que la luz solar llegue hasta las plantas acuáticas. También contiene productos químicos tóxicos letales para los peces y los demás organismos marinos. Los objetos de plástico también contaminan el agua si acaban en el mar.
Las olas y las corrientes se llevan los plásticos y los extienden por todo el océano convirtiéndose en un gran peligro para muchas especies. Cuando el plástico queda expuesto a la luz solar y al agua del mar, se descompone en trozos cada vez más pequeños. Los animales acuáticos se los comen y van ascendiendo en la cadena alimentaria ¡pudiendo acabar en nuestros cuerpos! La contaminación atmosférica tiene lugar cuando se sueltan sustancias que no deberían estar en el aire o de las que no debería haber tanta cantidad. Puede tratarse de gases o pequeñas partículas.
Pueden proceder de los combustibles quemados, de vapores químicos o de la basura que se descompone en los vertederos. Algunos gases, como el dióxido de carbono o el metano, hacen que suba la temperatura y contribuyen al cambio climático, que es algo que afecta a todos los seres vivos del planeta. Algunos contaminantes atmosféricos se disuelven en agua formando compuestos que cambian la acidez y también contaminan el agua y la tierra. La contaminación atmosférica nos perjudica la salud porque provoca enfermedades como el asma, dolencias cardíacas y cáncer. El ruido y la luz producidos por los humanos también impactan en el medio ambiente.
Los altos niveles de ruido de las fábricas, los medios de transporte o las ciudades causan estrés y trastornos auditivos en los humanos. Pero también afectan a aquellas especies que se sirven del sonido para navegar y localizar sus presas, por ejemplo, los murciélagos. La luz artificial confunde, además, a muchos animales. Los pájaros, por ejemplo, modifican sus ciclos migratorios y las tortugas de mar recién nacidas mueren porque empiezan a caminar hacia las ciudades en vez de hacia el mar. La contaminación lumínica también afecta a nuestro sueño y nos hace sentir más estresados lo que puede causar problemas de salud.
Sí, somos una especie increíble, pero no somos la única. Y sólo tenemos este planeta para vivir en él. Es muy importante no olvidar esto, y no olvidar que tenemos que hacer todo lo posible para minimizar el impacto de nuestras acciones en el medio ambiente.