Resolver problemas y conflictos

¡Uf! ¡Deja de ser tan mandona, Linda! ¡¿Mandona?! ¡Oh, oh! Parece que Jenny y Lina están otra vez discutiendo. ¡Casi nunca se ponen de acuerdo! Todos los que discuten por algo están metidos en un conflicto. Los conflictos ocurren al chocar diferentes valores, personalidades u opiniones. Seguramente hayas entrado en conflicto con tus amigos o tu familia por qué ver en la tele, por la ropa que quieres ponerte, la comida que te apetece...

Tanto los individuos como los grupos, o incluso una nación entera, pueden entrar en conflicto entre sí. Los conflictos, sin importar lo grandes o pequeños que sean, forman parte de la vida. De modo que la habilidad para resolver conflictos de forma eficaz - la resolución de conflictos - es una aptitud importante que conviene tener. Si quieres resolver bien los conflictos, necesitarás paciencia y un poco de imaginación. ¿Imaginación? Piensa: ¿Eres capaz de ponerte en la piel de otra persona? ¿Eres capaz de entender cómo se siente?

Cuando se trata de resolver un conflicto, lo primero que hay que hacer es tratar de identificar el problema. ¿Por qué surge el conflicto? Bueno, Lina, no sólo eres mandona, sino que además eres... Para el carro, Jenny. No enumeres todas tus quejas en este momento. ¡Recuerda usar la imaginación! Si haces una lista de todas las cosas que te molestan de Lina, ¿cómo crees que se sentirá ella?

Seguramente se sienta atacada y se ponga a la defensiva, ¿no crees? Lo importante en este punto dado es que todas las partes implicadas coincidan en cuál es el desacuerdo. No ataques a otra persona ni menosprecies sus sentimientos. Lo que tienes que hacer es ser respetuoso y centrarte en el problema. Luego, toca pensar en posibles soluciones.

En el caso de Jenny y Lina hay pocas opciones: Lina pide perdón... Jenny pide perdón... O ambas piden perdón... A continuación hay que evaluar las soluciones. Es posible que no todas las soluciones que se te ocurran sean válidas, ni siquiera que sean factibles.

La mejor solución casi siempre es la que les da a todos al menos un poco de lo que quieren: un compromiso. El compromiso es una parte importante en la resolución de conflictos. Es genial cuando se resuelve un conflicto llegando a un compromiso,[...] Aunque la verdad es que no siempre resulta fácil resolver un conflicto por nuestra cuenta. Esto se debe a que los conflictos suelen verse afectados por las emociones. Cuando la rabia y la envidia están implicados, a la gente le cuesta pensar con claridad.

Y cuando queremos tener la razón a toda costa, resulta muy difícil llegar a entender el punto de vista de los demás o admitir que estamos equivocados. A veces somos tan tozudos que no queremos llegar a un compromiso. ¡Le he pedido que hiciera una sola cosa! ¿Acaso eso es ser mandona? Así, un conflicto se alarga más de lo necesario, simplemete porque nadie quiere dar el brazo al torcer. Pero un conflicto eterno no es bueno para nuestra salud ni para nuestras relaciones. Los conflictos nos estresan y nos entristecen. ¡No es agradable estar en conflicto con otras personas!

Incluso un conflicto entre otras personas puede estresarnos si estamos atrapados en el medio y sentimos que nos presionan para "escoger un bando". Cuando cuesta resolver un conflicto, resulta muy útil pedirle ayuda a alguien ajeno al conflicto. Una persona neutral que no está de parte de nadie - un mediador - puede animar a las personas implicadas a debatir el tema y buscar a una solución conjunta. Un mediador es capaz de seguir todos los pasos a tomar sin involucrar sus propias emociones. Tanto si se trata de una discusión entre amigos como entre naciones, la mediación es una manera eficaz de resolver un conflicto.

Lina, Jenny, a ver, ¿qué os pasa? Respirad hondo y solucionémoslo juntas.