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Introducción a la electrónica
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¿Qué componente electrónico sustituyó al tubo al vacío?
¿Puedes imaginarte cómo sería la vida sin teléfonos inteligentes? Hace apenas unos años, los teléfonos no tenía conexión a internet ni pantalla a color. ¡Ni siquiera podían reproducir música! Y unos años antes… tenías que quedarte fijo en un lugar ¡si querías usar el teléfono! En aquel entonces, hacían falta muchas cosas para realizar todo lo que el teléfono te permite hacer en la actualidad. Los teléfonos inteligentes, y otros aparatos electrónicos, han cambiado de muchas formas el modo en que vivimos… y todo comenzó con la radio… Hace poco más un siglo, los inventores lograron por primera vez enviar un mensaje… en forma de onda de radio a través del aire… ¡que podía convertirse en sonido! ¡Música y palabras, enviadas a grandes distancias, sin ningún cable!
Fue todo un milagro. Los primeros receptores de radio requerían el uso de auriculares porque la señal era muy débil. Luego llegó John Ambrose Fleming, quien realizó un descubrimiento que resultaría importante. Se dio cuenta de que, al coger una bombilla normal y añadirle un segundo electrodo, se obtenía un dispositivo capaz de amplificar la corriente eléctrica. Su invento, el tubo de vacío, hizo que fuera mucho más agradable escuchar la radio…, y pronto las emisoras empezaron a emitir por todo el mundo.
Pero el tubo de vacío tenía más que ofrecer aparte de mejorar el sonido de la radio. Un tubo de vacío no solo amplifica una señal eléctrica sino que también puede funcionar como un interruptor, como una pequeña puerta que se puede abrir o cerrar, para dejar pasar la corriente eléctrica. Antes de esa época, la electricidad se había utilizado sobre todo para transferir energía. Pero, con la electrónica, la electricidad también empezó a usarse para transmitir y procesar información. Al combinar con atención una serie de tubos de vacío, usando su capacidad para encender y apagar la corriente, se podían hacer señales eléctricas para representar números.
Y esto conllevó al primer ordenador. Se tardó tres años en construir, se emplearon más de 17 000 tubos de vacío y se terminó en 1946: el ENIAC. El ENIAC realizaba cálculos matemáticos mil veces más rápido que cualquier otro dispositivo en ese momento. Y, por ese motivo, le pusieron el apodo de «Cerebro gigante», que parece bastante apropiado, ¡ya que pesaba más de veinticinco toneladas! Para mejorar el ENIAC, los científicos buscaron tubos de vacío más pequeños y más duraderos.
Pero no fue una mejor clase de tubo de vacío lo que les ayudó. ¡Fue el… transistor! Un transistor hace todo lo que hace un tubo de vacío, pero es más rápido, barato y fiable. Y se puede hacer mucho más pequeño. Un transistor está hecho de un tipo especial de material cuya conductividad eléctrica se encuentra entre un conductor y un aislante. Se denomina semiconductor.
Los semiconductores son la base de toda la electrónica moderna. En la década de 1970, los transistores eran tan pequeños y baratos que miles de ellos se podían instalar en un pequeño chip de material semiconductor: un circuito integrado. Desde entonces, los científicos han conseguido colocar más y más transistores en cada circuito integrado…; el número de transistores en cada chip se ha duplicado cada dos años. Hoy en día, los circuitos integrados se encuentran en ordenadores, equipos médicos…, juguetes…, neveras…, y en el dispositivo que tienes en las manos en este momento. De hecho, ese dispositivo es más de cien mil veces más potente que el ENIAC.
Y, muy pronto, también será reemplazado por algo aún más inteligente y potente…