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Agricultura: los fertilizantes
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Las plantas necesitan macronutrientes secundarios en __________.
Michael está trabajando en el huerto, pero parece que sus hortalizas no crecen demasiado. ¡No lo entiendo! El año pasado planté verduras en esta parcela ¡y crecieron perfectamente! ¡Este año están muy débiles y amarillentas! Tienen suficiente agua y luz solar, entonces, ¿qué estoy haciendo mal? Mmm… A lo mejor es que falta algo. ¿Algo como qué? Además del agua y de la luz solar, las plantas necesitan sustancias químicas específicas para poder crecer, desarrollarse y reproducirse.
Y estas sustancias se llaman nutrientes. Los nutrientes que más necesitan las plantas son: el carbono, el hidrógeno, el oxígeno, el nitrógeno, el fósforo y el potasio. Estos son los macronutrientes primarios. Por otro lado, las plantas necesitan nutrientes en cantidades moderadas: calcio, magnesio y azufre. Y estos se conocen como macronutrientes secundarios.
Por último, los nutrientes que precisan en pequeñas cantidades son, por ejemplo, el cobre, el cloro, el hierro y el zinc. Estos se denominan micronutrientes. ¿De dónde obtienen las plantas todos esos nutrientes? El carbono, el hidrógeno y el oxígeno son nutrientes no minerales y las plantas los extraen principalmente del aire y del agua. Todos los demás nutrientes son minerales y proceden del suelo. Las plantas absorben nutrientes minerales a través de sus raíces y los emplean para distintos propósitos: crecer, dar frutos y semillas y combatir enfermedades o plagas.
Una vez en la planta, los nutrientes permanecen allí, lo que significa que hay menos en el suelo. Además, cuantas más plantas cultives, más nutrientes absorberán del suelo. Por lo tanto, si cultivas plantas en el mismo terreno una y otra vez, el suelo irá agotando sus nutrientes y, por lo general, no podrá reponerlos rápidamente por sí solo. Como resultado, será cada vez más difícil que las plantas puedan crecer. Los agricultores deben asegurarse de que haya suficientes nutrientes en el suelo en todo momento para que los cultivos crezcan en buen estado y con fuerza, además de producir una gran cosecha año tras año.
Pero, ¿cómo? Se puede lograr añadiendo sustancias al suelo que sean ricas en nutrientes. Se denominan fertilizantes. Existen dos tipos principales de fertilizantes: orgánicos y minerales. Los fertilizantes orgánicos provienen de fuentes naturales, como los residuos vegetales o los desechos animales, la turba o las aguas residuales.
Los fertilizantes orgánicos contienen carbono. Entre ellos, podemos citar como ejemplos el estiércol de los excrementos animales y el compost, que consiste en plantas en descomposición y otros materiales orgánicos. Los fertilizantes orgánicos liberan nutrientes con el paso del tiempo, lentamente, y mejoran la calidad del suelo a largo plazo. Los resultados pueden tardar en verse algún tiempo y suele ser difícil calcular la cantidad de cada tipo de nutriente contenido en un fertilizante orgánico. Los fertilizantes minerales, a menudo llamados fertilizantes químicos o sintéticos, son artificiales.
No contienen carbono. Son una mezcla de varios compuestos obtenidos a través de diferentes procesos, a partir de materiales como derivados del petróleo o rocas. Los fertilizantes NPK son fertilizantes minerales muy comunes. Estos proporcionan altas cantidades de nitrógeno, fósforo y potasio (los tres macronutrientes minerales primarios). Los fertilizantes minerales ofrecen rápidos resultados porque las plantas absorben fácilmente los minerales en esta forma.
No obstante, esto puede provocar la sobrefertilización de las plantas. Los nutrientes de los fertilizantes minerales no permanecen en el suelo durante mucho tiempo, por lo es posible que tengas que continuar añadiéndolos. Además, también se disuelven con facilidad en agua y pueden causar la contaminación de ésta. Todas las plantas necesitan nutrientes para sobrevivir y crecer. Los fertilizantes permiten añadir los nutrientes necesarios al suelo para que los agricultores y horticultores puedan cultivar plantas fuertes y en buen estado, además de obtener grandes cosechas. ¡Cogeré los excrementos de los conejos y los introduciré en el suelo! ¡Así mis verduras obtendrán todos los nutrientes que necesitan!