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La pobreza: cómo solucionarla
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Más de 700 millones de personas no tienen dinero suficiente para poder permitirse comida, cobijo, ropa o asistencia médica. ¡Eso equivale a una de cada diez personas del planeta! La mitad son niños y adolescentes. ¿Y eso tiene que ser así? ¿No hay manera de solucionar y erradicar la pobreza? Hay que concienciarse de que ser pobre no es sólo no tener dinero. Existen otros problemas que afectan a la vida de las personas. La gente sufre por conflictos militares, por la falta de empleo, por un acceso limitado a la formación y por muchas otras razones.
Si queremos reducir la pobreza, primero tenemos que entender y solucionar esos problemas. Echemos un vistazo a las dos regiones más pobres del mundo: Asia del Sur y el África subsahariana. Debido a motivos históricos y políticos, estas regiones no contaron con las mismas oportunidades de desarrollo a la misma velocidad que el resto del mundo. Muchas zonas pobres siguen sin tener carreteras buenas, fábricas, centrales eléctricas o colegios. Construir esas carreteras, fábricas, centrales eléctricas o colegios ayudaría a la región porque fomentarían su desarrollo, crearían empleo y reducirían la pobreza.
Casi todos los investigadores concuerdan en que hay una relación directa entre pobreza y formación. Cuanta más formación reciba una persona, menor será el riesgo de que viva en la pobreza. Proporcionar formación gratuita e igualitaria a los niños, les ayuda a escapar de la pobreza de diferentes maneras. Cuanto más tiempo se vaya al colegio, más fácil resultará luego encontrar trabajo y ganar dinero. En el colegio también se adquieren muchos conocimientos prácticos que sirven para que las familias y comunidades mejoren su situación.
También se inspira a los niños a luchar por un futuro mejor. Los líderes políticos, las autoridades y las organizaciones no gubernamentales (ONGs) también pueden aportar otras soluciones para reducir la pobreza. A nivel internacional pueden prevenir o solucionar conflictos bélicos. Asegurar la paz es muy importante para el crecimiento económico y el bienestar de la gente. Algunos investigadores creen que la pobreza puede erradicarse con una economía de libre mercado.
Si las autoridades no controlan - no regulan - qué se vende ni a qué precio, el dinero cambia libremente de manos entre compañias y consumidores. Con esto mejora la economía de una región. Otros investigadores creen que se precisan leyes internacionales para, por ejemplo, hacer que el comercio internacional sea más justo. De esta manera, las diferencias económicas entre los distintos países y regiones disminuirían. Las decisiones de las autoridades locales tienen un impacto todavía más directo.
Un ejemplo: a menudo son dichas autoridades las que introducen nuevas leyes para proteger a la gente frente a la violencia e injusticia. Los derechos laborales, incluidos el derecho a un sueldo justo e igualitario o las buenas condiciones laborales también ayudan a mejorar la situación. Las causas de la pobreza y cómo están ligadas entre sí son muy complicadas. Los investigadores y las organizaciones como el Banco Mundial y las Naciones Unidas, tratan de entender estos problemas y cómo están conectados entre ellos. Muchos esperan de esta manera encontrar soluciones eficaces.
De hecho, ya se ha hecho mucho. En los últimos veinticinco años el número de personas extremadamente pobres ha caído en más de mil millones y las condiciones de vida de mucha gente han mejorado de manera significativa. Pero sigue habiendo muchos desafíos a los que enfrentarse y habrá que seguir esforzándose y colaborando a muchos niveles.