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La Conferencia de Berlín de 1884 y el Reparto de África
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¿Verdadero o falso? Los indígenas de África también intervinieron en la división de su tierra.
Al igual que sus antepasados de hace miles de años, este joven pastor samburu otea el desierto vigilando que no lleguen depredadores desde una colina situada encima de un lago llamado "Basso Narok" en idioma samburu y que significa "Lago negro". Mientras tanto, a 6000 kilómetros de distancia, en Berlín, Alemania, los representantes de 14 países occidentales están mirando una pared con un mapa en blanco ...a excepción del contorno de África con sus ríos y lagos. Los hombres de esa habitación no tienen ni idea del pastor samburu, de su gente ni de su África natal. Colocan un nombre en el mapa, en el lago del pastor: "Lago Rodolfo", en honor al príncipe heredero Rodolfo de Austria. Un nombre nuevo, dado por europeos, sin invitar a ningún africano a la reunión.
Hasta la década de 1870 los asentamientos europeos en África son sobre todo puntos de comercio ubicados a lo largo de la costa. Por aquel entonces un diez por ciento del continente está bajo influencia europea. Los europeos ven el interior de África como algo misterioso y temible. A lo largo del siglo XIX los exploradores y misioneros occidentales exploran más a fondo el corazón de África buscando la fuente del Nilo, las ciudades de oro y divulgando el Cristianismo. Empresarios, gobiernos y periódicos de Occidente financian dichas expediciones.
Los europeos consideran que es misión suya llevar el Cristianismo, el comercio y la civilización a África. En África, los exploradores suelen ser bien recibidos, aunque casi siempre se topan con un desinterés por la religión y los valores que llegan desde Occidente y que nadie ha pedido. Por toda Europa los periódicos publican historias interminables sobre temas como "La oscuridad frente a la luz" y "África frente a Occidente". África es vista como el "Continente negro", "desaprovechado" por sus habitantes. Los colonos europeos se inventan la idea de la "raza" para justificar que los europeos sean la "raza superior" que se merece controlar y gobernar las colonias en África. En la década de 1870 un gran nerviosismo percorre Europa.
La depresión económica está acabando con la economía a nivel mundial y aumenta la presión por encontrar recursos más baratos y futuros mercados. Los líderes europeos temen que si no mejoran la situación económica, habrá sublevaciones en sus países - o incluso una guerra por toda Europa. Para evitarlo, los líderes buscan soluciones traspasando las fronteras europeas. África tiene todo lo que Europa desea, en forma de valiosos minerales y materias primas. La carrera se ha puesto en marcha. Las potencias europeas luchan por hacer suyos los territorios africanos.
Para evitar que la competencia colonialista europea en África se convierta en una guerra, el canciller alemán Otto von Bismarck invita a los representantes de 14 países europeos a la Conferencia de Berlín de 1884. La primera misión es llegar a un acuerdo pacífico por las disputas sobre el Congo, una vasta región en la África central, que tiene tres pretendientes: Francia, Portugal y Leopoldo II de Bélgica. Una vez resuelto el conflicto, la Conferencia pasa a una tarea más importante. De acuerdo con la "Ley internacional", creada convenientemente por ellos, el territorio africano se divide en 50 trozos a repartir entre los miembros europeos. Trazan fronteras y demarcaciones artificiales sin tener en cuenta las instituciones indígenas africanas políticas, económicas, espirituales y sociales.
A raíz de la Conferencia de Berlín Gran Bretaña y Francia son los que más territorio colonial reciben. Alemania, España, Italia, Bélgica y Portugal obtienen varias colonias pequeñas. Los otros 7 participantes, Suecia-Noruega, Dinamarca, Austro-Hungría, los Países Bajos, Rusia, el Imperio otomano y los EE.UU no reclaman territorio alguno. Cuando un país gobierna en una nación extranjera, eso se denomina imperialismo. Con esta conferencia surge una nueva era dentro del imperialismo europeo moderno.
El Tratado de Berlín de 1884 afirma ofrecerle a África la civilización y el Cristianismo en nombre del mercado libre y la consolidación de la paz. La realidad es la invasión europea, la ocupación, división y colonización de todo el continente africano. Actualmente, el continente africano está libre de colonialismo, pero muchas fronteras siguen igual: fronteras trazadas sobre un mapa en Berlín.