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Temístocles y cómo los griegos vencieron a Persia
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True or false? Only rich people got to be part of the Athenian army.
¡Yuhuu! ¡Victoria! Los griegos, o los helenos, como se autodenominan, han derrotado a Persia cerca de la isla Salamina. La gente saluda a este hombre: Temístocles. Espera; el ejército persa era mucho más grande y tenía el doble de barcos, ¿cómo fueron los helenos capaces de ganar? Tres razones importantes de su victoria son las siguientes: Los helenos viven en ciudades-estado independientes.
La más grande, Atenas, está gobernada por algo parecido a una democracia. Los atenienses se ven como ciudadanos que gobiernan conjuntamente. Esto significa mucho para su autoestima y es algo a lo que no quieren renunciar. Los persas, sin embargo, son gobernados por un rey y no participan en la toma de decisiones en su país. Luchan porque su rey les dice que lo hagan, en un sitio que ni les importa.
De modo que los persas no luchan con la misma intensidad que los helenos. Otra razón de la victoria helena tiene que ver con el ejército: independientemente de lo rico que seas o a qué te dediques, para poder votar en Atenas tienes que servir en el ejército. Así que los soldados de a pie atenienses son mercaderes, granjeros o zapateros. Los soldados de a pie, a los que los helenos llaman hoplitas, luchan lado a lado en filas una detrás de otra. Cada soldado de a pie protege al compañero de al lado con la mitad de su escudo.
Avanzan como una ola de soldados sin poder dudar ni dar la vuelta. Una tercera razón de la victoria de los helenos son estos barcos, con tres equipos de remeros posicionados unos encima de otros. Estos trirremes, o trieres, son fáciles de manejar y alcanzan mucha más velocidad que los pesados buques de guerra persas. En la proa de los trirremes hay un gran ariete. A gran velocidad, los trirremes embisten a los barcos enemigos, partiéndolos en dos.
Luego los griegos sólo tienen dejar que el mar remate la faena. Existe sobre todo una persona que se ha asegurado de que los helenos tengan una flota de trirremes tan grande: esta persona es Temístocles. Temístocles es ateniense y político. Ha estado argumentando mucho tiempo y por fin logra que Atenas construya los trirremes. También convence a Esparta para que haga lo mismo.
Afortunadamente, porque fue sobre todo gracias a los trirremes que la flota conjunta derrotó a los persas. Unos pocos años más tarde Temístocles decide que Atenas necesita nuevas murallas defensivas. Esto molesta a los espartanos. Los espartanos son los que han tomado las decisiones militares en la guerra contra los persas. No quieren ver cómo Atenas va evolucionando y se convierte en una fuerza militar más fuerte que ellos.
Así que hacen correr el rumor de que Temístocles es un traidor que ha colaborado con los persas. Pero hay más hombres en Atenas a los que tampoco les gusta Temístocles. Creen que ha acaparado demasiado poder. Ahora Temístocles está en apuros. Los hombres libres se reúnen en la plaza. ¿Qué hacen?
Le susurran nombres a un escribano que los talla en trozos de cerámica llamados ostracones. Cuando todo el mundo ha hablado, se apilan los trozos en distintos montones según el nombre que lleven. La persona más nombrada en los trozos será exilada, condenada al ostracismo, y deberá abandonar la ciudad en las próximas diez horas o será ejecutada. Este montón es el más grande. En todos los trozos pone Temístocles.
Los atenienses han votado que hay que exiliar a Temístocles. Puede parecer un poco injusto, pero el ostracismo es una costumbre muy común en Atenas. Para proteger la democracia y la toma colectiva de decisiones en la ciudad, nadie puede hacerse demasiado poderoso. Con este método cualquiera puede ser expulsado, incluso quien evitó que toda la Hélade fuera invadida. Temístocles se ve obligado a huir de Atenas.
Pero debido al rumor de que es un traidor, según los espartanos, no es bien recibido en ninguna de las demás ciudades-estado. Al final sólo le queda un sitio al que poder huir: Persia.