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La Revolución francesa: la toma de la Bastilla
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Surgió un rumor que hizo que los parisinos decidieran alzarse en armas contra la monarquía y la nobleza. ¿Qué rumor fue ese?
El malestar en Francia es cada vez mayor y en la capital, en París, la gente sale a las calles a protestar. El rey, la nobleza y el clero les han estado exigiendo impuestos desde hace varios años. Y por si eso fuera poco, el país está viviendo la mayor desgracia del último siglo. El precio del pan es más alto que nunca. La gente tiene hambre.
La plebe y los granjeros, el Tercer Estado, ya no confían en el Parlamento y se han autoproclamado Asamblea Nacional de Francia. Consideran que ahora son ellos quienes están al mando de la nación. Muchos franceses se dejan influenciar por escritores como Rousseau y Voltaire. Han escrito libros sobre la capacidad de una persona para pensar por ella misma, y sobre cómo un ciudadano puede tomar más decisiones sobre su vida sin que un rey, un emperador, un noble o un clérigo ostente todo el poder. Los franceses ahora quieren establecer una sociedad igualitaria en Francia y abolir las ventajas y los privilegios de la nobleza.
La Iglesia debería ser gobernada por el estado, y exigen derechos humanos. Su lema es: "Libertad, igualdad y fraternidad." Han visto cómo ha triunfado en los Estados Unidos de América, donde los colonos británicos han fundado una nueva nación sin rey ni nobleza. En París corre el rumor de que el rey y la nobleza han reunido en secreto tropas militares. Pretenden anular la Asamblea Nacional y recuperar sus privilegios. En la mañana del 14 de julio algunas personas entran a la fuerza en un asilo para viejos soldados heridos llamado el Hotel de los inválidos.
Cogen unos cuantos rifles y parten hacia la Bastilla, donde creen que hay más armas y prisioneros políticos. "¡Eh! ¿A dónde van todos?" "A la Bastilla, a por armas y pólvora. Vamos a defendernos del ejército del rey." ¡A LA BASTILLA! Libertad, igualdad y fraternidad. Libertad, igualdad y fraternidad. "¡Abrid las puertas!" "¡Iros!" "¡Dejadnos entrar!" El comandante de la Bastilla accede a reunirse con un grupo reducido de la furiosa multitud pero se niega a abrir las puertas de la fortaleza. Promete que no van a disparar contra la gente que está afuera, o por lo menos, no será el primero en abrir el fuego, pero la multitud ya ha entrado en el patio interior.
Ahora están intentando entrar en la fortaleza. "¡Abrid las puertas!" "¡Ni lo soñéis!" "¡Al ataque!" "¡Al ataque!" Pero de repente la multitud recibe la ayuda de soldados con cañones. "Nos rendimos. No nos matéis." "¡Abrid las puertas y os perdonaremos la vida!" "Y os perdonaremos la vida!" "Y os perdonaremos la vida!" Bueno, los parisinos amotinados no cumplen con la palabra que le dieron al comandante de la Bastilla. Matan a tres de sus soldados en el acto y apuñalan al comandante con cuchillos y bayonetas hasta matarlo. Clavan su cabeza en una estaca y la exhiben para celebrar la caída de la Bastilla. La multitud libera a los presos de la Bastilla: cuatro falsificadores, un noble y dos lunáticos.
Uno de ellos es irlandés, pero está convencido de que es el emperador romano Julio César. De hecho, no hay ningún preso político allí dentro. Sin embargo, la Bastilla es considerada el símbolo de opresión del rey y la nobleza. Y ahora van a echarla abajo. La multitud empieza a demoler la Bastilla con almádenas y palancas.
A dos millas de París, en el palacio de Versalles, el rey Luis XVI está durmiendo. Ha estado todo el día de caza y está cansado. Un noble lo despierta, un duque que ha galopado a palacio para notificarle al rey la toma de la Bastilla. "Su Majestad, tengo que anunciarle que la Bastilla ha caído." “Oh! Entonces, ¿es que hay una revuelta?" "No, mi Señor. Es una revolución." La toma de la Bastilla el 14 de julio de 1789 se suele considerar el inicio de la Revolución Francesa.
En la actualidad, el 14 de julio es el día nacional de Francia.