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El Homo sapiens: una especie única
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¿Verdadero o falso? Los humanos modernos evolucionaron a partir de los simios.
Los humanos modernos evolucionaron de los simios a lo largo de 7 millones de años, a través de prehumanos más o menos parecidos a los simios. Pero el Homo sapiens es una especie muy extraña y única. Diferimos de nuestros antepasados y de todos los demás animales. Caminamos sobre dos piernas y nuestro cuerpo se ajustó a ello perfectamente. Usamos herramientas avanzadas.
Cocinamos nuestros alimentos y tenemos dientes y un sistema digestivo adaptados. Nuestro cerebro puede pensar en cosas que otro animal no puede: en cosas abstractas. Somos capaces de usar un lenguaje avanzado para poder tener vida social. Entendemos y creamos símbolos y arte. Estas habilidades están entrelazadas y se han ido desarrollado conjuntamente.
Aunque todo empezó al caminar erguidos. Nuestras manos quedaron libres para transportar y fabricar cosas. Pudimos ver más a lo lejos y detectar peligros. Pudimos movernos por zonas más amplias. Y resultó más fácil cargar con nuestra nueva cabeza, que ahora es más grande.
Pero la combinación de caminar erguidos y de una cabeza y cerebro más grandes también tenía una desventaja. Porque al rotar la cadera hacia arriba, ésta se estrechó y la cavidad pélvica se hizo más pequeña. Y es través de la pelvis que los niños vienen al mundo. Hmm, una salida más estrecha y una cabeza más grande. Mala combinación.
Si un niño queda atascado al venir al mundo, se corre el riesgo de que tanto la madre como el hijo mueran. Aquellas mujeres que daban a luz antes de tiempo, antes de que la cabeza del bebé se hiciera grande, tenían más posibilidades de sobrevivir. Los niños humanos no están preparados para sobrevivir cuando nacen, comparados con otros animales. Una cría de jirafa, a las pocas horas de nacer, ya sabe correr y seguir a su manada. Los bebés humanos nacen indefensos y durante mucho tiempo necesitan ayuda para conseguir alimento, cobijo y saber qué hacer.
Para cuidar de sus retoños aun no preparados, los humanos tenían que trabajar juntos. Tenían que colaborar y comunicarse y tenían que sentir y mostrar empatía. La colaboración también servía para cazar, recoger plantas y defenderse. No importaba que físicamente fueran débiles, siempre y cuando pudieran colaborar. Los humanos dependían de esa colaboración entre el grupo.
Aquellos grupos de humanos que mejor colaboraban y se comunicaban, eran los que sobrevivían mejor. La evolución realzó las aptitudes sociales. La capacidad de los humanos para recordar y entender complicadas relaciones sociales hizo que con el tiempo mejoráramos a la hora de pensar cosas complicadas. Pronto fuimos capaces de pensar en cosas por anticipado. ¿Mañana qué va a pasar? Si esto pasa, tal vez deberíamos hacer esto otro.
Los pensamientos se volvieron más abstractos. Planificábamos de antemano, evitando así los encuentros con los predadores y mejorando la autodefensa. Los primeros pensamientos abstractos humanos probablemente fueran: "Pertenecemos al mismo grupo, y aquéllos de allí son los otros." El tener una identidad común les facilitaba a los humanos colaborar en grupos más grandes como nunca antes lo habían hecho. Pero todos estos cambios no tuvieron lugar a la vez. Se evoluciona en varias etapas, donde cada etapa afecta a la siguiente.
Hace 300,000 años el Homo sapiens ya se parecía a nuestro aspecto actual, pero lo más seguro es que no pensara como nosotros. En algún momento, entre 70,000 y 35,000 años atrás, a nuestro cerebro le ocurrió algo. Y seguramente fue entonces cuando empezamos a pensar como lo hacemos actualmente. Los hallazgos de este período muestran que creábamos arte y joyas, que viajábamos y hacíamos trueques (comerciábamos) con otros grupos de humanos de lugares lejanos. Enterrábamos a nuestros muertos de una manera que indica que creíamos que había vida después de la muerte.
El Homo sapiens se había convertido en una especie extraordinaria y única.