
La aparición de las ciudades

Actualiza para más contenido
¿Por qué la gente eligió vivir junto a los ríos?
Mesopotamia: la zona entre los ríos Eufrates y Tigris, hace 5,000 años. La gente lleva viviendo aquí desde hace miles de años. La zona es perfecta para cultivar comida porque cuando los ríos se desbordan, la tierra se vuelve fértil y produce enormes cosechas. Al principio sólo hay unas pocas familias viviendo aquí, en una pequeña aldea, pero la agricultura va bien y viene más gente. Hay suficiente comida para todos y nacen más niños.
La aldea crece. Se construyen casas cerca de los campos, a lo largo de las riberas del río. Las familias se ocupan de sí mismas, pero a veces tienen que ponerse de acuerdo con respecto a algo de la aldea. Los cabezas de familia se reúnen en un consejo y toman decisiones. Viene aún más gente y se construyen más aldeas.
Las casas y los campos se alejan cada vez más de los ríos y del agua vital. Los agricultores cavan canales con los que poder llevar agua a los campos. Y cavan embalses para ahorrar agua y tenerla en épocas de sequía. Los sistemas de riego se hacen tan grandes que pronto se unen varias aldeas pequeñas y forman aldeas más grandes, y las cuidan juntos. Ser capaz de controlar el agua es vital para las culturas que se desarrollan en esa época.
No sólo en Mesopotamia, sino en todo el mundo surgen culturas en las zonas de los ríos. Y es en estas culturas fluviales donde surgen las primeras ciudades, las primeras civilizaciones. Las ciudades se hacen más ricas. Para protegerse, los residentes construyen murallas defensivas a su alrededor. Al otro lado de los muros sigue habiendo pequeñas aldeas, en las que los agricultores cultivan grano y crían animales para vender en la ciudad.
Dentro de las murallas se puede proteger a la gente. En las ciudades hay templos, palacios, residencias, tiendas y talleres, y allí trabajan sacerdotes, mercaderes, artesanos y soldados. Estas profesiones especializadas surgen gracias al hecho de que los agricultores producen más comida de la que necesitan. Las aldeas y las ciudades dependen las unas de las otras. Una ciudad y las aldeas que la rodean forman juntas un pequeño país: una ciudad-estado.
En las más grandes llegan a vivir hasta 50,000 personas. Para que pueda convivir tanta gente tiene que haber normas y leyes acordadas conjuntamente. Tienen que ponerse de acuerdo en qué construir y dónde. Algunas cosas se construyen para ser compartidas: calles, templos y las murallas de la ciudad. Ya no basta con que los cabezas de familia se reúnan de vez en cuando.
Ahora son los jefes de los clanes más poderosos y los líderes religiosos quienes deciden acerca de las cosas que afectan a todos en conjunto. Se reúnen como el consejo de los mayores. Para poder construir las calles, los templos y los sistemas de riego compartidos, el consejo de los mayores decide que quienes vivan dentro y fuera de la ciudad tienen que pagar impuestos. Los impuestos también se necesitan para construir las murallas y pagar a los soldados por defender la ciudad. En tiempos revueltos, cuando se corre el riesgo de ser atacados, el consejo de los mayores puede nombrar un rey.
Es más fácil tomar decisiones rápidas cuando sólo es uno quien decide todo. El rey tiene que devolver el poder nada más termine la guerra. Pero a menudo no ocurre eso; el rey se queda más tiempo. Para obtener más impuestos, es frecuente que el rey o el gobernante intente expandir su territorio conquistando otras tierras. Probablemente la violencia letal siempre haya formado parte de la historia de la humanidad, pero las guerras a gran escala son una novedad.
Tener éxito en una guerra requiere planificación y organización: justo lo que han estado aprendiendo las personas en estas nuevas ciudades. Quien gana una guerra no sólo recibe nuevas tierras y riquezas, sino que también toma como esclavos a los enemigos que han sobrevivido. Los esclavos proporcionan una valiosa contribución que se puede usar en la construcción de una ciudad aún más grande y fuerte. El nacimiento de las ciudades también se conoce como el nacimiento de la civilización, pero también es el inicio de la era de las guerras y la esclavitud.