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Roma: El primer triunvirato
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¿Quién murió primero?
El caos irrumpe en las calles de Roma. Los pobres se han sublevado. ¿Por qué? Las guerras exteriores, la guerra civil y las incursiones piratas han provocado una escasez de alimentos. Estamos en el último siglo de la era antes de Cristo, y la situación es complicada. Durante este siglo la república llega a su fin y se convierte en un imperio, lo cual no sucedería si no fuera por estos tres hombres que quieren reestablecer el orden en el mundo romano.
Este es Cayo Julio César, o César, como le llamamos hoy en día: un líder militar y político muy cualificado que quiere mejorar la situación de los pebleyos y de los pobres en Roma. Lo hace, no sólo por ser buena persona, sino porque quiere que los plebeyos lo voten en la asamblea popular, así obtendrá influencia en el senado. A los políticos como César que trabajan para "el pueblo", se les conoce como 'populares'. Los oponentes de los populares son los políticos que representan a los ricos. A ellos los llaman los 'optimates'.
César fue un 'popular' muy popular. Marco Licinio Craso es el hombre más rico de Roma. Ha amasado su riqueza sobre todo comprando propiedades. Su truco reside en ofrecerse para comprar propiedades que están ardiendo. Tras comprar la casa a un precio muy barato, pero no antes, usa a su brigada privada de bomberos, la única de la ciudad, y extingue el fuego.
Luego reconstruye la casa y la vende con beneficio. Cneo Pompeyo Magno, 'Pompeyo', es el líder militar más hábil y poderoso del mundo romano. Estos tres hombres se reúnen en secreto para trabajar juntos. Vaya trío, ¿eh? ¡El político más destacado, el general más destacado y el hombre más rico de Roma! Esta unión se conoce como el primer triunvirato.
En pareja no se llevan muy bien, pero como trío, donde uno puede mediar entre los otros dos, funcionan bien. Hay tanta gente que los apoya que logran que sus propuestas sean aceptadas en el senado. Cada uno tiene su propio objetivo en mente: Pompeyo quiere que le recompensen a él y a sus tropas por todas las batallas ganadas. Puede que con una bonita provincia en algún lado. Y César quiere ser cónsul. ¿Por qué?
Bueno, no sólo porque el cónsul sea el mayor líder militar y político de Roma, sino porque finalizado el año de consulado, éste se convierte por un año en el jefe militar y en el gobernador de una provincia romana. Ése es el objetivo de César. Aspira a ser el gobernador de la Galia. Craso quiere su propio ejército para forjarse una reputación como héroe militar. César, de hecho, logra ser cónsul por un año, y luego gobernador de una parte romana de la Galia. Pero, no satisfecho con esto, lucha contra los galos para conquistar toda la Galia.
Describe con historias cómo va avanzando la guerra y las manda a Roma. Estas historias lo hacen muy popular en en su ciudad. También Pompeyo logra su objetivo: se convierte en gobernador de Hispania. A Craso lo nombran general, pero muere en batalla antes de llegar a ser el héroe que deseaba. Ya sólo quedan César y Pompeyo.
Sin Craso presente ya no son capaces de llevarse bien. Se convierten en rivales. En el año 49 a.C. César finaliza su guerra en las Galias. Además ha tenido tiempo de invadir las Islas Británicas y ha logrado varias victorias en Egipto.
César avanza hacia Roma. Quiere volver a ser cónsul. Va en contra de la ley traer soldados a Italia. Quien lo haga sin un permiso especial, será considerado un marginado y sentenciado a muerte. Eso también incluye a los soldados.
El senado y Pompeyo le deniegan a César dicho permiso especial: quieren que entre solo. César y sus legiones se detienen a las orillas del río Rubicón. Es un momento decisivo. César duda... y luego cruza el río.