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La brujería y la caza de brujas
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En 1590, Rebecca Lemp fue arrestada y acusada de __________.
En 1590, en la ciudad alemana de Nördlingen, arrestan a Rebecca Lemp mientras su marido está de viaje de negocios. ¿De qué crimen la acusan? De ser bruja. Llevan a Rebecca a la cárcel. Desde su celda le escribe a su marido: "Te torturan y hacen que confieses. Ya me han torturado mucho, pero soy tan inocente como Dios en el Cielo..." Su marido les escribe a los tribunales alegando la inocencia de Rebeca y pidiendo poder ver cara a cara a los acusadores, pero lo ignoran y a la quinta vez que la torturan, Rebecca acaba confesando.
La condenan a arder en la hoguera. Rebecca Lemp fue la primera víctima de la caza de brujas de Nördlingen, en la que se arrestaron y finalmente asesinaron a 32 presuntas brujas. Pero, ¿por qué? En 1847, con el apoyo del Papa, un eclesiástico llamado Heinrich Kramer escribió un libro titulado "El martillo de las brujas" - en latín: "Malleus Maleficarum". En el libro describe a las brujas como seres que obtienen poderes mágicos al obedecer al Diablo y no a Dios.
Kramer decía que las mujeres eran presas más fáciles para la influencia del Diablo, aunque también había brujos, o hechiceros. Kramer propuso la tortura como un método eficaz para obtener una confesión y la pena de muerte como único remedio seguro contra los males de la brujería. No sería solo el libro de Kramer el que desencadenaría la caza de brujas. Surgieron otros textos escritos y se daban sermones sobre los peligros de la brujería. Aunque no había pruebas que apoyasen ninguna de esas afirmaciones, la creencia en la existencia de las brujas se extendió y generalizó.
Desde finales del siglo XV hasta finales del siglo XVIII, hubo cazas de brujas por toda Europa y también en las colonias en América. La caza de brujas no era igual en todos los sitios, aunque todas solían seguir un patrón similar. La caza comenzaba cuando había una mala cosecha, enfermaba una vaca o nacía un bebé muerto: alguna desgracia que hiciese que la gente se sintiera angustiada e indefensa. La gente buscaba en la comunidad a alguien a quien culpar y acusar. Seguro que ha sido una bruja quien ha lanzado una maldición sobre las cosechas o las vacas o los bebés...
Las autoridades eclesiásticas animaban a la gente a esas cazas de brujas, aunque solían ser los dirigentes locales los que arrestaban a las acusadas y las metían en la cárcel. En la cárcel interrogaban y torturaban a las sospechosas. Por culpa de esas torturas, miles de inocentes confesaban ser adeptos a la brujería. Eran confesiones forzadas. Una vez que la víctima había confesado, ya no se sospechaba que fuera bruja.
Ahora se tenía la certeza de que lo era - y era condenada por ello. Los castigos para las brujas condenadas iban desde pequeñas multas... hasta la ejecución: se las quemaba vivas en la hoguera, se las colgaba o ahogaba. La caza de brujas podía tener desde unas pocas hasta cientos de víctimas. Muchos cazadores de brujas creían sinceramente en la brujería y pensaban que estaban haciendo algo bueno al eliminarlas de raíz de su comunidad.
Los grupos en el poder - las autoridades locales, los jueces, los líderes eclesiásticos - se aprovechaban de esas creencias para hacer mucho daño, normalmente a los más vulnerables de la sociedad. La gente mayor, las viudas y los pobres solían ser a quienes más se les acusaba de brujería. Pero no todo el mundo estaba de acuerdo con la caza de brujas. Algunos eruditos, médicos y líderes de la iglesia cuestionaron los libros como el "Martillo de las brujas". Publicaron textos que se oponían a la crueldad de las cazas y al empleo de las confesiones forzadas y señalaban la falta de pruebas para la existencia de la brujería.
Desde finales del siglo XVII hasta mediados del siglo XVIII, cada vez más gente empezó a hacerles caso. Al mismo tiempo, el poder de los líderes locales se debilitaba y los gobiernos centralizados se convertían en norma. Las nuevas leyes cambiaron el procedimiento con el que se podía acusar y condenar a una persona por un crimen. A finales del siglo XVIII la caza de brujas se redujo. En algunos sitios se arrestaba a los cazadores y se liberaba a las supuestas brujas.