El laboratorio de química

Experimentar y estudiar lo que sucede en el mundo real es, para muchas personas, la parte más fascinante de la química. En el laboratorio químico puedes probar tu idea -tu hipótesis- para ver si es correcta. En el laboratorio químico, encontrarás líquidos burbujeantes, recipientes humeantes, polvos de muchos colores, botellas con contenidos peligrosos y gases fétidos. Émbolos, mecheros Bunsen, microscopios, balanzas, probetas, campanas de extracción, y tubos de ensayo con contenidos interesantes componen el material de la mayor parte de los laboratorios químicos. Todos ellos son necesarios para examinar lo que sucede si alteras diferentes sustancias durante un experimento, como por ejemplo, al mezcarlas o calentarlas. Las grandes empresas del sector químico suelen tener laboratorios con muchos científicos.

Pero hasta el laboratorio de tu colegio puede ser avanzado. Y, sobre todo, peligroso si no cumples algunas reglas sencillas… Cada laboratorio tiene un director; en el colegio, será tu profesor de ciencias, pero el laboratorio no es como una clase normal. Cuando estés dentro, procura que no haya ningún mueble que bloquee el paso de las personas. Tienes que moverte libremente por el laboratorio en todo momento. Asimismo, busca la salida más cercana por si algo sale mal.

Ahora es el momento de equiparte como un verdadero científico. Ponte una bata y gafas de seguridad. Lávate las manos y, en caso necesario, usa guantes de protección. Algunos experimentos conllevan la mezcla de diferentes sustancias. Otros experimentos las calientan.

Algunas sustancias se congelan, humean, burbujean e incluso explotan. Por tanto, si no estás seguro de lo que hay dentro de un recipiente, pregúntale al profesor. No vayas a probarlo ni a olerlo. Podría ser peligroso (y hasta tóxico inhalarlo). La mayoría de los recipientes disponen de indicaciones para advertir sobre lo que contienen.

El símbolo de advertencia «tóxico» aparece así. Este recipiente contiene algo que puede explotar. Aquí hay algo que puede empezar a arder con facilidad. Procura no derramar nada de este líquido, ya que es corrosivo. Algunas sustancias son perjudiciales para el medio ambiente, y no pueden verterse por el fregadero ni tirarse a la basura normal.

Ten cuidado con las sustancias que son peligrosas de inhalar, o que deben manipularse con cuidado para evitar riesgos en la salud. También hay normas sobre la forma de mezclar diferentes elementos. Si, por ejemplo, fueras a verter agua en un ácido fuerte… ¡No, Jenny! ¡PARA! Bien. Volveremos a hacerlo.

Hay una regla importante que hay que recordar aquí: «Haz como si tuvieras que añadir ácido en el agua». Algunos ácidos se calientan cuando entran en contacto con el agua. Pero si viertes con cuidado el ácido en el agua, puedes asegurarse de que el líquido no se caliente tanto y empiece a hervir. Por lo tanto: añade ácido en el agua. El laboratorio de química, entonces, es el lugar donde sigues las instrucciones de tu profesor y tienes cuidado con las sustancias peligrosas. ¡Porque así se puede convertir en el lugar más divertido de todo el colegio! ¡Y una cosa más!

Lávate siempre las manos antes de salir del laboratorio para que no te queden restos de sustancias peligrosas.