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Los átomos se vuelven iones
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¿Cuántos electrones puede contener una capa de valencia de un átomo grande?
A veces, dibujamos los átomos como bolas con superficies lisas. Pero son algo más complejos. Hay un núcleo en el centro y una nube de electrones girando a su alrededor. Y la misma nube de electrones se divide en capas de electrones. Los electrones más externos (los electrones de valencia) son los responsables de las reacciones químicas.
Los átomos más pequeños, con una sola capa de electrones, pueden contener hasta un máximo de dos electrones. En los átomos más grandes, la capa de valencia puede contener un máximo de ocho electrones, sin importar el tamaño de los átomos. Existe algo especial en tener exactamente ocho electrones de valencia. Y es que le aporta al átomo una especie de estabilidad. Aquí vemos un átomo de cloro.
Empieza con siete electrones en su capa externa. Y si pudiera obtener uno más, alcanzaría ese número mágico de estabilidad. Necesita tanto un electrón adicional que puede arrancarlo de casi cualquier otra sustancia. Es por eso que el cloro es tan reactivo. El átomo de cloro es neutro para empezar.
Tiene la misma cantidad de protones positivos y de electrones negativos. Cuando consigue ese electrón extra, se convierte en un ion negativo con una carga de menos 1. Lo escribimos como C-L-menos. Como ion, no es reactivo. Ahora que dispone de ocho electrones en su capa externa, no necesita robar más electrones.
Algunos átomos cambian ligeramente su nombre al formar iones. El ion del cloro es el ion de cloruro. Aquí podemos ver otro átomo: el oxígeno. Comienza con seis electrones en su capa externa, por lo que precisa de dos más para alcanzar el número mágico de ocho. Cuando captura dos electrones, recibe una carga de menos dos.
El ion se llama ion de óxido. Lo escribimos así: O-dos-menos. Por lo tanto, cuando un átomo tiene una capa externa casi llena, necesita ganar más electrones. ¿Y los átomos que empiezan con pocos electrones en su capa externa? Echemos un vistazo al aluminio. En su capa externa hay dos electrones.
Pensarás que conseguir cinco más sería la solución. Pero hay límites sobre la cantidad de electrones extras que toman los átomos. Lo que el átomo de aluminio puede hacer en su lugar es desprenderse de sus electrones de valencia. Así es como todos los metales constituyen iones. ¿Significa eso que ahora tiene cero electrones en su capa externa? No, veamos: como los electrones de la tercera capa se van, la segunda capa se convierte en la capa externa.
Y tendría ocho electrones para empezar. Cuando un átomo pierde electrones, como pasa con los átomos de metal, se convierte en un ion cargado positivamente. El átomo de aluminio pierde tres electrones, por lo que su carga se convierte en más tres. Lo escribimos así: A-L-tres-más. Los átomos que forman iones positivos no cambian sus nombres, por lo que éste simplemente se llama ion de aluminio.
Muchos de los elementos que nos rodean suelen existir en su forma iónica. Y los iones son como los átomos, solo que con más o menos electrones.