Cómo prevenir el óxido
¿Qué es el óxido?
¡Oh, Oh! Parece que esta bicicleta lleva abandonada mucho tiempo. El metal se ha vuelto marrón, poroso y se está desprendiendo. ¡Se ha oxidado! O, utilizando un término químico, se ha corroído. Para que un objeto se oxide, deben haber tres elementos: hierro, que es el componente principal del acero; oxígeno, del cual hay mucho en el aire; ¡y un poco de agua!
El agua en sí no es un ingrediente del óxido, pero es necesaria para que el hierro reaccione con el oxígeno. ¡Hay muchas maneras de evitar la formación de óxido! Lo más sencillo que puedes hacer es recubrir el metal con pintura o laca. Esto impide que el oxígeno y el agua entren en contacto con el hierro. Mientras la pintura cubra todo el metal y el aire no pueda entrar, ¡la bicicleta estará protegida! Pero sólo un pequeño rasguño es suficiente para que entre algo de oxígeno y humedad.
Cuando el óxido empieza a crearse, crece (se expande) y hace que la pintura salte. Y, como el óxido es poroso…, pueden introducirse más oxígeno y humedad en el metal, y la oxidación sigue devorando el metal. Algunas partes de la bicicleta se mueven y se rozan unas con otras, como la cadena y los engranajes. Para estas partes, es mejor utilizar aceite o grasa para mantener el agua y el aire lejos del metal. ¡Pero mira este tornillo de aquí! No está pintado ni cubierto de grasa, ¡pero aún no ha empezado a oxidadarse!
Este tornillo está hecho de acero inoxidable. El acero inoxidable es una mezcla de metales: una aleación. El metal añadido en esta aleación que lo hace resistente al óxido es el cromo. Lo interesante del acero inoxidable es que también se corroe, ¡como el hierro! Pero, a diferencia del óxido, la corrosión que se forma en el acero inoxidable no es porosa.
Al contrario, la misma corrosión forma una barrera dura que ni el aire ni el vapor de agua pueden atravesar. Una forma más sofisticada de usar el cromo como protección contra el óxido consiste en cubrir la parte de acero por completo con una capa fina. Los manillares de bicicletas y los tubos de escape de las motocicletas suelen estar cubiertos de cromo; están cromados. Hay otras formas de prevenir el óxido. Aquí tenemos una que no se utiliza en las bicicletas. ¿Recuerdas que la oxidación es una reacción electroquímica que empieza cuando el hierro libera algunos de sus electrones al oxígeno?
Para evitar que el oxígeno robe los electrones del hierro, podemos añadir otro metal que esté más dispuesto a ceder sus electrones. El cinc es un metal de este tipo. Al cinc le cuesta mucho aferrarse a sus electrones. Podemos poner una gran barra de cinc en la cubierta de un barco, en contacto con el hierro… Si el oxígeno del agua empieza a robar electrones al hierro, el cinc será más rápido a la hora de ofrecer sus electrones, así que éste se corroerá en lugar del hierro. Por esa razón, a estas barras de cinc se les llama ánodos de sacrificio. (Un ánodo es algo que quiere soltar electrones, pero esto lo trataremos más adelante).
Se puede emplear el mismo método en cosas pequeñas, como un clavo. En ese caso, cubrimos todo el clavo con una capa de cinc. Decimos que el clavo está galvanizado. Óxido es el nombre común cuando el hierro se corroe. Se necesitan tres elementos para que ocurra la oxidación: hierro, oxígeno y agua. Tenemos tres formas de evitar el óxido: una: alejar el oxígeno y el agua del hierro; dos: mezclar el hierro en una aleación con cromo, que resiste mejor a la corrosión; y tres: conectar el hierro con un metal que sacrifique sus electrones antes de que el hierro lo haga.