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El ciclo del agua
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¿En qué se convierte el agua cuando se evapora?
¡Guau, deberíamos salir de aquí! Antes de que el lago se inunde… Mmm. Imagínate que… siguiera lloviendo y toda la Tierra se inundara! Supongo que tendríamos que construir un barco muy rápido… como Noé, en la historia antigua… En realidad, no importa cuánto llueva. La lluvia nunca puede inundar toda la Tierra. ¡No realmente!
Es verdad. Ni siquiera si llueve todos los días de la semana durante un año. Porque cada gota de lluvia que cae sobre ti aquí procede de un océano o de un lago de otro lugar. La cantidad de agua en la Tierra siempre permanece igual. Es la misma agua vieja que da vueltas y vueltas en un ciclo sin fin.
La lluvia que cae desde tu nariz ahora mismo continúa hacia el suelo, por debajo de tus pies. Parte de esa agua es absorbida por las raíces de las plantas. Las plantas la utilizan para transportar nutrientes desde sus raíces a sus hojas y flores. Finalmente, las plantas dejan que el agua vuelva a salir como vapor de agua al aire. Parte del agua permanece en el suelo por un tiempo, como agua subterránea.
Podemos bombearla mediante la perforación o excavación de pozos. El agua que no se queda como agua subterránea corre a través del suelo y termina en un lago o en un río. A esta la llamamos agua superficial y la empleamos para todo tipo de cosas. Con mucha frecuencia contaminamos el agua que utilizamos. Al final, el agua encuentra su camino hacia el océano más cercano.
En su recorrido, el agua recoge sal y otras sustancias que están enterradas en el suelo. Cuando el sol brilla sobre el océano y lo calienta, parte del agua se evapora. El agua que se evapora se transforma de líquida a gas y se convierte en vapor de agua invisible. Cuando el agua se evapora, la sal se queda en el océano junto con todas las demás materias que trajo consigo. También se evapora un poco de agua de los lagos y la humedad en el suelo.
Asimismo, las plantas y los animales liberan agua y vapor de agua también. El vapor de agua caliente es ligero, por lo que se eleva hacia la atmósfera cada vez más y más alto y más y más frío. A la larga hace tanto frío que el agua no puede mantenerse en forma de gas. El vapor se condensa y forma pequeñas gotitas de agua. Muchas de estas gotas de agua juntas forman una… nube.
Las gotas de agua vuelan dentro de la nube y, cada vez que se topan unas con otras, se hacen un poco más grandes. Si esto continúa por mucho tiempo, las gotas se vuelven tan pesadas que caen en forma de lluvia. Pero la mayoría de las veces no son tan grandes, ya que en las nubes hace mucho frío y el agua forma cristales de hielo en su lugar: copos de nieve. Los copos de nieve caen y, si hace calor en el suelo, se derriten por el camino y se convierten en lluvia. Pero, si hace frío, la nieve cae sobre el suelo y permanece hasta la primavera.
En las montañas altas, y en lugares donde siempre hace frío, la nieve no se derrite durante el verano. En su lugar, se prensa y forma glaciares. Los glaciares más grandes se encuentran en Groenlandia y en el Polo Sur. Allí, el agua puede permanecer durante miles de años antes de que se derrita y se vuelva a mover. Pero, tarde o temprano, el agua regresa al ciclo: la misma agua, dando vueltas y vueltas.
Así que esta gota de agua pudo haber estado en… -¡MI BOCA! -¡O la boca de tu ABUELO! -¡Ehhhh! Correcto. O la boca del padre de tu abuelo. O la del padre del abuelo del abuelo de tu abuelo… o… Sí, gracias, el agua de la Tierra es antigua. Ha viajado por todo el mundo y ha experimentado más que cualquier humano.
El sol impulsa el ciclo del agua una y otra vez, y hace que se evapore desde el océano, forme nubes, llueva, se beba, se orine corra de vuelta al océano, y se evapore nuevamente.