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El tratamiento de las aguas residuales
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¿Por qué se filtra todo el agua en la planta de tratamiento?
El mejor lago del mundo para… nadar. Qué riachuelo más raro. Creo que es el canal de la nueva planta de tratamiento de aguas residuales. ¡Puf, aguas residuales! Y acabo de tragar un poco. ¡Tranquilízate, Leon! El agua de una planta moderna de tratamiento es bastante limpia.
Pero… no siempre ha sido así. Hace mucho tiempo, todo el pis y la caca de las ciudades y los pueblos iban a parar directamente al lago o al mar más cercano. Los peces se morían. Crecían algas viscosas. Y nadie se atrevía a nadar.
Por eso, en muchos lugares, la gente empezó a construir grandes instalaciones para limpiar las aguas residuales. Hay muchas maneras de hacerlo. Por esa razón, no todas las plantas de tratamiento tienen el mismo aspecto. Miremos más detenidamente una de ellas. Comencemos tirando algo por el inodoro. ¿Algún voluntario? ¡Ah, aquí hay uno! ¡Exacto!
Aquí está la cámara. Ahora te encogeremos. ¡Relájate, vas a deslizarte por el agua! ¡Excelente manejo de la cámara! Buen enfoque de la caca. ¡Imagínate! La gente solía dejar que cosas como ésas fueran a parar directamente a los lagos y océanos. Y, si obtenían el agua que bebían de un lago como ése, podían tener terribles transtornos estomacales causados por las peligrosas bacterias.
Las tuberías de aguas residuales de una casa se vacían en tuberías y túneles más grandes, muy por debajo del suelo. ¡Aguanta, Yolo! Ahora viene lo divertido. Estás a punto de llegar a la planta de tratamiento. A la entrada de esta planta, hay un filtro que atrapa los objetos grandes que, definitivamente, no deberían haberse tirado por el inodoro: bastoncillos, tampones, dentaduras postizas, medias… El resto va a un contenedor que se ocupa del tipo de suciedad que no se disuelve en el agua. Ahí todo está en calma y sin movimiento para que las partículas sucias se hundan lentamente hasta el fondo. ¿Huele mal?
La próxima vez trae una máscara de gas. La siguiente fase es un paraíso para las bacterias. Aquí se dan un festín de excrementos y heces día y noche. Esto se llama tratamiento biológico. Es lo mismo que sucede en la naturaleza cuando las bacterias se ocupan de plantas y animales muertos.
Pero aquí inyectamos más bacterias (y bombeamos aire) para acelerar el proceso. No, no te asustes. Éstas son bacterias amigables. Consumen el material orgánico disuelto en el agua. Las bacterias también se encargan de los compuestos de nitrógeno que también deberían mantenerse alejados del lago. De lo contrario, el lago recibe demasiados nutrientes; crecerán muchas algas y los peces morirán.
Las bacterias se comen los compuestos de nitrógeno, y expulsan el nitrógeno en forma de gas, que burbujea en la superficie. Allí no causará ningún daño porque la mayor parte del aire ya se compone de nitrógeno. Mira cómo la suciedad y las bacterias muertas se hunden hasta el fondo. Forman una sustancia pegajosa llamada fango. Y ésta finalmente se bombea. ¡Yolo!
Pregunta qué pasa con el fango. Ajá: «El fango se seca y termina en campos y bosques como fertilizante…». En este contenedor se elimina la sustancia de fósforo del agua. Las bacterias ya se han comido un poco del fósforo. Pero ahora debemos deshacernos del resto porque el fósforo también fertilizaría los lagos y los mares… ¡demasiado!
Aquí, añaden una sustancia que se une al fósforo y forma aglomeraciones que se hunden hasta el fondo. Este proceso se llama floculación. Ahí lo tienes, ahora el agua es casi pura. Ten cuidado al navegar entre los juncos… ¡y también con ese lucio! ¡Guau, has tenido suerte! ¡Ay! ¿Qué ha pasado? ¡ALGO ME HA MORDIDO! ¡Ah, un enorme y horrible monstruo marino!