Los nutrientes y la dieta I
Los carbohidratos en las comidas
Los Carbohidratos en los alimentos [lección de reemplazo: Los carbohidratos en los alimentos]
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Los carbohidratos en las comidas
¿Verdadero o falso? Como las células de nuestro cuerpo necesitan glucosa para producir energía, debemos consumir grandes cantidades de glucosa.
Uf, no puedo más. Necesito más energía. Ahora. Azúcar o algo parecido. ¡En vez de eso, tómate algunas verduras! Mira lo enérgicos que están mis conejos.
Necesito energía rápida. No malas hierbas. Y quiero tomar proteínas para mis músculos. Mmm, podría comerme una de tus criaturas peludas. ¡Alto! ¿A qué viene tanto jaleo? Esto de los carbohidratos y la energía no es tan complicado.
Necesitamos energía para: mantenernos calientes, mover los musculos, mantener el cerebro en funcionamiento… Al igual que un coche, tenemos que llenarnos de energía. No de gasolina, claro está… ¡sino de comida! Obtenemos energía de grasas… de proteínas… y de los carbohidratos. La mayoría de nosotros obtenemos la mayor parte de nuestra energía de ciertos carbohidratos. Hay muchos tipos de carbohidratos.
Y todos están compuestos de los tres elementos: carbono, hidrógeno y oxígeno. Aquí tenemos un carbohidrato pequeño, con seis átomos de carbono. Se trata de un tipo de azúcar. Y este de aquí es un azúcar simple que se denomina glucosa. La glucosa suele formar un círculo, como éste, pero también puede ser recta, como la que vemos aquí.
Hay glucosa en todas las plantas, especialmente en las frutas dulces, como el kiwi y el plátano. Y así existe glucosa en nosotros, los humanos. Las moléculas de glucosa son pequeños paquetes de energía que mantienen funcionando al corazón y a los músculos. ¿Pero hay que tomar grandes cantidades de glucosa para obtener energía? No, lo sorprendente es que podemos fabricar nuestra propia glucosa a partir de otros carbohidratos. Existen muchas clases diferentes de carbohidratos y los podemos dividir en tres grupos, según la longitud de las moléculas: a la más corta la llamamos azúcar, que se encuentra de forma abundante en la fruta.
Luego, hay moléculas un poco más largas que conocemos como almidón. Hay mucho almidón en el trigo, las patatas y los plátanos verdes. Otro tipo de carbohidrato de cadena larga se llama celulosa. La celulosa está en todas las plantas y funciona como un tipo de material de construcción en ellas. Por ejemplo, hay una gran cantidad de celulosa en la cáscara de frutos secos, de plátanos y en la hierba.
Pero hay un inconveniente: las células pequeñas del cuerpo no pueden absorber estos carbohidratos largos. Por el contrario, las células quieren carbohidratos más cortos: glucosa. Así que primero debemos dividir los carbohidratos largos en unos más cortos. Esto ya empieza en la boca. Mientras masticas, una enzima de la saliva descompone las moléculas largas de los carbohidratos.
En el estómago, hay demasiada acidez para que la enzima funcione bien, pero… la división de las moléculas de carbohidratos continúa en el intestino delgado. El objetivo es desintegrar todos los carbohidratos en glucosa para liberarla en la sangre. Los carbohidratos más cortos, como el azúcar común, se descomponen rápidamente. Los carbohidratos más largos, como el almidón, tardan más tiempo. Pero en las moléculas largas de celulosa los enlaces son muy fuertes…, tan fuertes que es difícil separarlos.
Pero las vacas, los conejos y muchos otros animales pueden dividir la celulosa en sus estómagos. A pesar de ello, la celulosa es esencial incluso para nosotros, los humanos. La celulosa de los alimentos también se conoce como fibra dietética, o simplemente fibra. La fibra hace que los intestinos funcionen de manera eficiente. Ayuda a sentirnos llenos y satisfechos.
Pero casi no nos aporta energía. Así que si Jenny necesita energía rápida, puede comer algo dulce (que se convierta rápido en glucosa), para dar energía a los músculos y al cerebro…, como un plátano o una manzana. Pero los conejos pueden comerse la hierba sin problema.