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Cómo saber de forma automática las tablas de multiplicar
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Eh, chicos, ¿cuánto es 7 por 9? - 63. - 35 … 42 … 63. … 56 … Pero, ¿cómo es que ya...? Cincuenta yyy... [suspiro] ¡No! Sí, 7 por 9 son 63. Kim ha sido el más rápido porque no ha hecho cálculo alguno. No ha usado una calculadora y no ha contado con los dedos.
Kim simplemente lo sabe. Mientras que los otros seguían haciendo cuentas, ¡Kim estaba haciendo malabares y silbando! En nuestro cerebro hay zonas en las que se almacenan nuestros recuerdos. Lo que vemos, oímos y experimentamos ahora se convierte en recuerdos nuevos en la memoria de trabajo. Ahí se registra dónde hemos guardado un libro, el lápiz o una libreta.
En la memoria de trabajo también se encuentra el recuerdo de la página del libro que estabas leyendo y donde te has quedado hace unos minutos. La memoria de trabajo está conectada a nuestra capacidad de concentración, de seguir instrucciones y de resolver problemas. Gran parte de lo almacenado en la memoria de trabajo se olvida porque solo es importante durante un rato. Transcurrido ese rato ya no volvemos a pensar en ello. ¿Te acuerdas del conductor del autobús de ayer? ¿Te acuerdas de lo que comiste el sábado pasado? Seguramente no.
Sin embargo, hay recuerdos que proceden de otra zona del cerebro y que se guardan durante mucho tiempo en la memoria a largo plazo. Puede que recuerdes tu primer día de colegio. La mayoría de la gente recuerda su primer beso. En la memoria a largo plazo, se guardan los conocimientos que para el cerebro son obvios. Son automáticos.
Termina la expresión: "Blanco y ...". Ibas a decir "negro", ¿verdad? Completa esto: "Día y ...". ¿En qué palabra estabas pensando ahora? "Noche", ¿a que sí? Se trata de una conexión, una asociación, que hace el cerebro, quieras o no. Viene de forma automática, sin que te esfuerces, y no puedes controlarlo.
Y en esto la memoria de trabajo no tiene nada que ver. La asociación ocurre en el cerebro porque "blanco y negro" y "día y noche" son expresiones que se han repetido muchas veces. Las cosas no solo son blancas o negras, ¿verdad? Puede que tú mismo hayas empleado esta expresión o que se la hayas oído a otras personas. No dos ni diez veces, sino cientos o miles de veces.
Y cada vez que oyes la expresión "día y noche", o la repites tú, la conexión en tu cerebro se refuerza. Últimamente trabajo día y noche. El conocimiento se ha incorporado en la memoria a largo plazo y, cuando alguien pregunta por él, viene de forma automática. 9 más 9, 18... Cuando Leon hace un cálculo usando su memoria de trabajo, tiene que registrar la tarea y hacer una serie de cálculos que exigen todos ellos un esfuerzo por parte de la memoria de trabajo. No es capaz de pensar al mismo tiempo en otra cosa.
Y cuando la memoria de trabajo se llena, tiene que usar los dedos como ayuda. Kim, por su parte, saca rápidamente y sin pensarlo, la respuesta de dentro de la memoria a largo plazo. Por eso Kim es capaz de usar al mismo tiempo su memoria de trabajo para otras cosas. Es decir, todo aquel que se sepa las tablas de multiplicar de carrerilla no tiene por qué esforzarse para calcular la respuesta. El cerebro puede descansar o dedicarse a problemas o instrucciones más complicadas.
Huelga decir que no resulta fácil aprendérselas. Kim ha practicado y practicado y practicado. 5 por 6, 30; 6 por 6, 36... A veces puede resultar aburrido tener que memorizar tanto, pero cada vez que Kim repita la tabla de multiplicar, la aprenderá un poco más. En cada una de esas ocasiones el conocimiento se automatizará algo más dentro de la memoria a largo plazo y pronto quedará anclado.
Kim ya no se olvidará nunca más y ya nunca tendrá que molestarse en ir a recoger ese conocimiento. Simplemente lo sabrá. Vale, chicos. 9 por 5. ¡45!