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La muerte y resurrección de Jesús
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¿Qué significa crucificar a alguien?
¿Quién es ese que va a escondidas? Es Judas, uno de los apóstoles de Jesús. Está hablando con alguien: uno de los sacerdotes que no es muy amigo de Jesús. El sacerdote quiere saber dónde se encuentra Jesús. El sacerdote le da dinero a Judas (treinta monedas de plata) para que le revele la ubicación de Jesús.
Para que los soldados puedan saber a quién arrestar, acuerdan que Judas les deberá dar una señal: la persona a quien bese será Jesús. Jesús ha venido a Jerusalén con los apóstoles para celebrar una festividad judía, la Pascua. Jesús sabe que muchos de sus enemigos quieren matarlo. Siente que su tiempo en la tierra acabará pronto. Reúne a sus apóstoles para una última cena y dice que uno de los apóstoles lo va a traicionar.
Judas está nervioso. ¿Cómo puede Jesús saberlo? Jesús también le dice al apóstol Pedro: "Negarás conocerme". ¿Qué? ¡Yo nunca te abandonaré! Jesús bendice y parte un poco de pan y le entrega un trozo a cada apóstol. Dice: "Éste es mi cuerpo". Después, bendice el vino y pasa la copa para que cada uno pueda beber de ella. "Ésta es mi sangre", dice Jesús. "Haced esto en el futuro para recordarme". ¡Hemos venido a arrestar a Jesús! ¡Ahí esta!
Jesús sabe lo que ha hecho Judas, pero no está enfadado. Una mujer señala a Pedro. ¡Él está con Jesús! Pedro se asusta. No, yo no lo conozco. Pedro se da cuenta de que ha hecho lo que prometió que nunca haría.
Cuando Judas ve que se llevan a Jesús se arrepiente de su traición. Tira el dinero que recibió y se quita la vida. Los soldados llevan a Jesús ante los sacerdotes, quienes lo acusan de ser un falso profeta. Pero Jesús no responde a las acusaciones de los sacerdotes. Así que luego lo llevan ante el máximo representante del Imperio romano: Poncio Pilato.
Poncio Pilato no sabe qué hacer. Por un lado, los poderosos y ricos quieren que Jesús sea ejecutado; por el otro, él no cree que Jesús merezca morir. ¿Qué debería hacer? En realidad hay una tradición de liberar, o perdonar, a un prisionero durante la Pascua. Si permite que la gente decida, seguramente dictaminarán que Jesús sea perdonado. Poncio Pilato deja que la gente elija entre un prisionero conocido, Barrabás, y Jesús.
Pero el plan de Poncio Pilato falla. La multitud ha escuchado a los sacerdotes y pide que Jesús sea ejecutado. Poncio Pilato declara que ya no es responsable de Jesús. Barrabás es liberado y Jesús sentenciado a muerte. Los soldados azotan a Jesús y lo clavan en una cruz entre dos criminales.
Lo crucifican. Jesús tiene clavos en sus manos y pies. Está sufriendo en la cruz sin comida ni agua bajo el sol abrasador. Después de nueve horas, grita: "Padre, ¿por qué me has abandonado?" y muere. Jesús es enterrado en una cueva y una gran roca sella la entrada a la tumba.
Pasan tres días y tres noches. La fiel seguidora de Jesús, María Magdalena, va a la tumba a lavar el cuerpo y envolverlo en tela. ¡La tumba está abierta! ¿Qué ha sucedido? ¡Jesús ha resucitado de entre los muertos! ¡Está vivo! María Magdalena corre a contarles a los apóstoles lo que ha visto, pero no la creen. Pero… ¿quién es ese? ¡Es Jesús! Reúne a los discípulos a su alrededor y les dice que viajen por el mundo para hacer discípulos a todo el mundo.
No tienen que preocuparse por él: estará con ellos todos los días hasta el final de los tiempos. Los discípulos se marchan para difundir el mensaje de Jesús. Ha nacido una nueva religión.