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Moisés
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En la época de Moisés, ¿qué título recibía el gobernante egipcio?
Ésta es la tierra de Canaán, donde viven los descendientes de Israel, el nieto de Abraham, es decir, los israelitas. Aquí disfrutan de una buena vida, pero esto está a punto de cambiar: se produce una hambruna. Para escapar del hambre, los israelitas se marchan a Egipto y, durante varios cientos de años, la vida les va bien allí. Pero Egipto tiene un nuevo rey (un nuevo faraón) a quien le preocupa el creciente número de israelitas, así que los esclaviza. El faraón cree que, si sufren penurias como esclavos, no tendrán tantos hijos.
Pero su plan sale mal y, a pesar de todo, los israelitas se multiplican. Entonces el faraón decide matar a todos los niños israelitas recién nacidos, incluido éste: Moisés. Como la madre de Moisés quiere salvar a su hijo, lo coloca en un cesto sobre el río Nilo para que pueda alejarse flotando y se salve. Moisés no llega muy lejos porque esta princesa (la hija del faraón) lo encuentra y lo lleva a la corte egipcia. Aquí crece como un príncipe.
Pero Moisés, en realidad, no se siente egipcio. Se da cuenta de cómo sufren los israelitas y un día, cuando ve que un israelita está siendo golpeado por su dueño, entra en cólera y mata al egipcio. ¡Oh! Ahora tiene que escapar. Moisés llega al desierto del Sinaí y sube una montaña llamada Horeb. ¿Qué es eso? Un arbusto en llamas.
Moisés se acerca. El arbusto en llamas está hablando, pero los arbustos no pueden hablar, ¿verdad? No. Mira allí: un ángel. Es Dios, que le habla a Moisés a través del arbusto.
Dios le revela su nombre, Yavé, a Moisés y le encomienda la misión de regresar a Egipto, liberar a los israelitas y traerlos de vuelta a la tierra de Canaán. Moisés intenta convencer al faraón para que libere a los israelitas, pero éste se niega. Entonces, Dios ayuda a Moisés sometiendo a Egipto a diez plagas, como por ejemplo éstas: el agua del Nilo se convierte en sangre; los saltamontes se comen todos los cultivos; y ,finalmente, un ángel de la muerte mata al hijo primogénito de cada hogar egipcio. En ese momento, el faraón se asusta y pone a los esclavos en libertad. Los israelitas se marchan, pero, cuando llegan al Mar Rojo, el faraón y sus soldados aparecen.
El faraón ha cambiado de opinión y planea matar a todos los israelitas. Moisés levanta sus manos sobre el mar. Este se abre en dos, de forma que los israelitas pueden caminar sobre el fondo marino. El faraón y sus soldados los siguen. En cuanto los israelitas llegan al otro lado, el agua vuelve a su cauce de nuevo tras ellos y los egipcios se ahogan.
Moisés lleva a los israelitas al Sinaí y al pie del monte Horeb. En este momento, Dios se le aparece nuevamente a Moisés. Dios quiere hacer un trato, un pacto, con Moisés y los israelitas. Si lo obedecen y siguen sus leyes, se convertirán en su pueblo santo. Moisés se lo cuenta a los israelitas y les pide que esperen, mientras él recibe las leyes de Dios sobre cómo comportarse.
Los israelitas prometen que esperarán. Moisés vuelve a subir la montaña y recibe diez leyes, diez mandamientos. Pero tarda demasiado y la multitud que aguarda bajo la montaña se impacienta. Reúnen todo su oro y lo funden haciendo una estatua de un dios en forma de becerro. Luego, le dan las gracias al becerro por haberlos sacado de Egipto.
Cuando Moisés lo ve, se pone furioso. Piensa que lo han arruinado todo. Están adorando a otro dios. Moisés teme que el verdadero Dios los castigue y ordena a sus soldados que acaben con los infieles. También los obliga a permanecer en el desierto durante cuarenta años, antes de poder llegar al fin a su tierra prometida. ¿Por qué?
Bien, deben consolidarse como un solo pueblo que siga las mismas leyes: los diez mandamientos.