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Los ecosistemas diseñados y la agricultura moderna
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Un ecosistema modificado por los humanos suele ser una mezcla de elementos ___________ .
A Leon le gusta dar largos paseos por el bosque con su tío Seamus. Siempre se sorprende de la cantidad de plantas y animales diferentes que hay. ¡Y el tío Seamus sabe mucho sobre ellos! El tío Seamus siempre le explica a Leon con mucho gusto cómo interactúan los animales y las plantas, es decir, cómo funciona este ecosistema natural. La mayoría de los ecosistemas naturales han sido modificados por los humanos. Ya no son los mismos, ¡han sido diseñados! ¿Qué quiere decir el tío Seamus?
Mira a tu alrededor y verás claramente que la mayoría de los lugares donde vive la gente difieren considerablemente de las áreas silvestres de la naturaleza. Los seres humanos hemos alterado nuestro entorno natural mediante la construcción de ciudades, granjas y carreteras para adaptarlo a nuestras necesidades. Un ecosistema modificado por los seres humanos suele ser una mezcla de elementos vivos y no vivos, de elementos naturales y artificiales, que recibe el nombre de ecosistema artificial o diseñado. Las granjas son un ejemplo de ecosistema diseñado: son ecosistemas agrícolas. Para crear una granja, se altera el entorno natural: los agricultores eliminan la vegetación natural y transforman el suelo en pastos o campos.
Posteriormente, los campesinos suelen elegir solo ciertos cultivos y, con frecuencia, siembran en hileras amplias y ordenadas para facilitar la cosecha. Muchos de estos cultivos proceden de una parte del mundo muy diferente. No son de la zona, sino que son especies exóticas o introducidas. Tomemos como ejemplo el maíz. Hasta el siglo XVI, el maíz solo se cultivaba en Centroamérica.
Hoy se cultiva en todo el mundo. Para facilitar que los cultivos crezcan en tamaño y cantidad, los agricultores emplean diferentes sustancias para añadir nutrientes, acabar con las malezas y plagas, y proteger a las plantas de enfermedades. Además, se abastecen de agua mediante sistemas de riego cuando no llueve lo suficiente. Los campesinos que crían animales afectan también a los ecosistemas naturales. Por lo general, solo eligen un tipo de animal domesticado para criar, como las vacas o las gallinas.
Especializarse de esta manera hace que sea más fácil criar animales en grandes cantidades y ganar dinero con ellos. Además, es más fácil que intentar controlar especies nativas silvestres. Las grandes granjas modernas suelen utilizar estrictos métodos y técnicas, por lo que se asemejan a una fábrica bien diseñada. Las soluciones tecnológicas permiten a los agricultores tener un control casi absoluto de la temperatura, la humedad, la cantidad de luz y los nutrientes. Los cultivos se pueden plantar en invernaderos o en interiores utilizando luz artificial.
Algunos cultivos, por ejemplo, crecen sin nada de tierra, con las raíces sumergidas en un líquido rico en nutrientes. La tecnología también ayuda en la ganadería, por ejemplo, a la hora de dar de comer a las vacas o de ordeñarlas. Los agricultores diseñan ecosistemas agrícolas para controlar mejor el medio ambiente y aumentar la producción. Pero toda esta tecnología puede tener consecuencias negativas. En los ecosistemas diseñados, generalmente hay menos especies diferentes que en los ecosistemas naturales, lo que hace que el ecosistema sea menos resistente.
Además, los ecosistemas diseñados necesitan personas en todo momento. Los agricultores tienen que añadir constantemente nutrientes al suelo o combatir plagas y enfermedades con más probabilidades de propagarse. Pero también existen otras problemas asociados a la agricultura industrial. Puede causar contaminación, no suele tener en cuenta el bienestar de los animales y, a menudo, destruye el medio ambiente natural. Sin embargo, algunas granjas modernas están diseñadas específicamente para imitar los ecosistemas naturales.
Los campesinos aumentan la biodiversidad mediante una gran cantidad de clases de cultivos diferentes y la crianza de distintos tipos de animales. Cuanta más biodiversidad tenga una granja, más resistente y fuerte será. Necesita menos intervención humana y, además, el ecosistema de la granja puede autorregularse. Ya se trate de una enorme granja industrial o de una pequeña que intente simular la naturaleza, todas las granjas son ecosistemas. Pertenecen al gran ecosistema de la Tierra.
Pero cuando modificamos la naturaleza, es nuestra responsabilidad asegurarnos de no dañar el planeta.