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Entender las galaxias
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¿Verdadero o falso? La Vía Láctea es la única galaxia del universo.
Si en una noche muy oscura pero despejada miras al cielo, puede que veas una franja de luz brillante. Antiguamente, la gente creía que se trataba de una bandada de pájaros míticos cruzando el cielo, las ascuas que una niña había lanzado al cielo o un río de leche derramada por una diosa. Se inventaban historias maravillosas, pero ¡no podrían ni haberse imaginado lo que sabemos ahora! Esa franja recibe el nombre de VÍA LÁCTEA. La Vía Láctea es de hecho un conjunto inmenso de estrellas, planetas, polvo cósmico, gases y materia que se junta por mediación de las fuerzas gravitatorias - se trata de una GALAXIA. ¡El Sol y la Tierra también forman parte de la Vía Láctea!
Durante mucho tiempo, los científicos creyeron que la Vía Láctea era la única galaxia del universo - ¡que era el propio universo! Pero, ¡no podían estar más equivocados! El universo está compuesto por un número inimaginable de galaxias de todo tipo de tamaños y formas. Todas las galaxias, incluida la nuestra, se forman de manera similar. Cuando las estrellas surgen de entre las nubes de gas y polvo cósmico, empiezan a atraerse entre sí y a rotar alrededor de un punto en el espacio: su centro de masas.
Se juntan cada vez más estrellas y se crean unos cúmulos gigantescos. Las fuerzas gravitatorias del centro se vuelven tan fuertes que crean un agujero negro. La fuerza gravitatoria del agujero negro es la que mantiene unida la galaxia. Si pudiésemos ver esta galaxia desde fuera, se parecería a un molinillo delgado con brazos largos en forma de espiral que giran lentamente alrededor del centro. Lo llamamos GALAXIA ESPIRAL.
La Vía Láctea es un tipo especial de galaxia espiral. Su centro es alargado y se parece un poco a un rayo o a una barra de luz. Las galaxias como esta se denominan GALAXIAS ESPIRALES BARRADAS. Las galaxias espirales contienen mucho polvo cósmico, por eso en ellas se forman tantas estrellas nuevas. Pero también hay galaxias con poco polvo porque gran parte se ha agotado al formarse estrellas nuevas.
Por eso se cree que esas galaxias son extremadamente antiguas. La mayoría de ellas no se parecen a una espiral, sino más bien a esferas alargadas, o elipsoides. Las denominamos GALAXIAS ELÍPTICAS. Su forma varía: algunas se parecen a una pelota de baloncesto, otras son alargadas y se parecen a un perrito caliente. Las galaxias elípticas son las más grandes que hay en el universo.
También existen otras galaxias que no tienen una forma regular; no tienen brazos en forma de espiral ni un centro definido. Son las GALAXIAS IRREGULARES. Esa irregularidad surge cuando dos galaxias se acercan y una de ellas le "roba" estrellas a la otra. A veces las galaxias chocan y eso también hace que cambien de forma. Las fuerzas gravitatorias juntan a las galaxias.
Algunas de las galaxias atraídas forman estructuras más o menos grandes: CÚMULOS. Nuestra Vía Láctea pertenece al llamado Grupo Local, que también contiene una gran galaxia espiral, Andrómeda, y más de cincuenta galaxias menores. El Grupo Local en sí forma parte de un conjunto más grande de galaxias: el Supercúmulo de Virgo, que no es más que una de las millones de galaxias supercúmulos del universo. Puede que la Vía Láctea que vemos en el cielo no sea un río brillante de leche ni una criatura mitológica, pero la verdad sobre ella y sobre las demás galaxias es igual de fascinante que las historias que contaban nuestros antepasados.