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Las cuencas
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Leon y Michael se han ido de acampada y acaba de empezar a llover. Las gotas de lluvia golpean la tienda y se deslizan por sus laterales. Echemos un vistazo a uno de esos laterales. Aquí tenemos unas cuantas gotas que bajan juntas y forman diminutos hilos que caen al suelo. Luego los hilos de lluvia corren por el suelo formando una diminuta corriente.
Esta corriente acaba llegando a un río cercano. Si seguimos el curso del río, veremos que otras corrientes confluyen en él y hacen que el río sea cada vez más grande. El agua sigue su curso, pero parte de ella se evaporará y parte se filtrará en el suelo aunque la mayor parte del agua seguirá fluyendo hasta que toda ella acabe en un mismo lugar: en este caso en el mar. Otros ríos también desembocan en el mismo mar. La zona de tierra cuyas aguas fluyen al mismo mar es la cuenca de este mar.
Una cuenca grande está compuesta por muchas subcuencas más pequeñas. De modo que todos los ríos tienen su propia cuenca - la zona de tierra que contiene todas las corrientes menores que alimentan dicho río. Y todas las corrientes tiene su propia cuenca, más pequeña todavía. ¿Cómo se sabe a qué cuenca pertenece un trozo de tierra determinado? Bueno, el agua siempre desciende. Fluye de un punto más alto a uno más bajo, recorriendo el camino más fácil posible.
Eso es por culpa de la gravedad. De modo que la gravedad y la forma del terreno, o sea, la topografía, determinan el camino que coge el agua y el lugar donde dicha agua acaba al final. Si vuelves a fijarte en la tienda de los chicos, verás que las dos vertientes se juntan en la parte alta. Las gotas de lluvia que caen sobre un lado de la tienda se escurren hacia la izquierda. Y las gotas de lluvia que caen en el otro lado, acaban bajando por la derecha.
Lo mismo ocurre con una colina, una pendiente o una cordillera. Si conectásemos todos los puntos más altos en una zona, la línea resultante sería la frontera, o división, que separa una cuenca de otra. Como el agua siempre fluye hacia abajo, lo que ocurra en la parte alta de la cuenca afecta a lo que ocurra en la parte baja de la misma. Por ejemplo, la cantidad de lluvia allá en lo alto de las montañas influirá en la cantidad de agua que haya en un lago. ¡Y no hablamos solo de lluvia! Todo lo que haya en la cuenca acabará en los ríos y las corrientes.
El agua lo arrastra todo consigo y llega finalmente a un lago o al mar. Por ejemplo, los sobrantes químicos de un campo pueden contaminar el agua, incluso la que está lejos de la fuente de contaminación. Por eso es tan importante saber cómo funcionan las cuencas y qué ocurre en ellas para que podamos gestionar mejor nuestros recursos hídricos. ¿Por qué estás cavando una zanja al lado de la tienda, Leon? Estoy desviando nuestra cuenca. La zanja redirigirá toda el agua hacia el río, ¡y no nos inundará la tienda!