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Normas y leyes
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¿Verdadero o falso? Una norma puede ser algo bueno que nos ayuda a entendernos con otras personas de la sociedad.
¡Eh, no puedes hacer eso! ¡No puedes saltarte a las personas que están antes que tú en la cola! ¿Por qué no? ¿Hay alguna ley que diga que no puedo? No, pero es como una regla no escrita. Reglas no escritas… ¡Ésas no cuentan! Sí cuentan. Las reglas no escritas sobre cómo comportarse en un grupo o en la sociedad se llaman normas.
Seguimos normas en todo momento. Dentro de poco, por ejemplo, cuando entres en ese cine, apagarás el móvil, ¿verdad? Y no hablarás en voz alta con la persona que esté a tu lado. Entonces, vas a seguir unas normas. Se te han explicado algunas normas posiblemente a través de tus padres, cuando eras muy joven.
Hay otras normas que nunca se explican, sino que las captas del entorno, más o menos inconscientemente, porque la mayoría de los que te rodean se comportan de una manera determinada y, al final, empiezas a actuar igual. Las normas pueden ser muy diferentes en distintos lugares y entre grupos variados. Aquí, por ejemplo, en la isla, no te diriges ni te acercas mucho a alguien que no conoces muy bien. Mantienes un poco la distancia y dejas a los demás que tengan su espacio personal. Pero en la isla de El Volcán, que es una isla mucho más pequeña, viven muchas más personas, hay una población más grande.
Allí las personas se colocan mucho más cerca unas de otras, sin que a nadie le parezca raro. Pero las normas también cambian con el tiempo. Hace mucho, eran casi exclusivamente los hombres los que trabajaban fuera de casa. No estaba prohibido por la ley, pero se consideraba inapropiado que las mujeres tuvieran un trabajo. Esa norma cambió cuando algunos empezaron a oponerse a ella.
En ese momento, muchos otros pensaban que estas personas estaban equivocadas y que estaban infringiendo la norma. Pero, hoy en día, puede que la mayoría las vea como pioneros valientes que desafiaron la norma e hicieron lo que pensaban que era correcto. ¡Como yo! Bueno, tal vez. No es sólo cómo nos comportamos lo que influyen en las normas, sino que las leyes también juegan un papel importante. ¿Recuerdas lo que sucedió el año pasado, cuando estabas muy molesto con las personas que iban en bicicleta y enviaban mensajes al mismo tiempo? ¡Sí, aquéllos idiotas! Todos saben que es de necios, ¡y, aún así, lo seguían haciendo! ¡Así que escribí a todo el mundo del Parlamento y me quejé!
Sí, les escribiste y solicitaste que establecieran la norma como ley. ¿Qué más hiciste? Oh, creo que también escribí a los periódicos. Sí, de hecho apareciste en los medios de comunicación. Y algunos investigadores se interesaron y realizaron experimentos y cálculos, y llegaron a la conclusión de que tenías razón: existe un mayor riesgo de accidente si se envían mensajes yendo en bicicleta. Sí, ¡y finalmente se aprobó la ley!
Sí, la percepción de las personas sobre lo que estaba bien afectó a las leyes. Y luego sucedió una cosa más que fue interesante. Antes de que la ley se pusiera en vigor, cerca de la mitad de la población pensaba que estaba mal enviar mensajes mientras se iba en bicicleta. Pero ahora que la ley existe, cuatro de cada cinco creen que está mal hacer eso. En definitiva, la percepción de las personas sobre lo que está bien también se ve influenciada por las leyes.
Las normas, por lo tanto, no son inalterables: no estáticas. Se desarrollan junto con nuestra conducta y nuestros puntos de vista. Y las normas afectan las leyes e, igualmente, se ven afectadas por ellas. ¡Oye, no puedes hacer eso! ¡No puedes saltarte a las personas que están antes que tú en la cola!