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La historia de la economía sueca: 1914-1945
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¿Verdadero o falso? Suecia no participó en ninguna guerra mundial.
Al estallar la Primera Guerra Mundial, cerca de la mitad de la población sueca todavía se dedicaba al sector agrícola. El resto de la gente trabajaba principalmente en la industria (a menudo en fábricas) o en servicios, y en empleos como, por ejemplo, carpinteros, peluqueros, médicos o incluso como recaderos. Suecia no participó en la Primera Guerra Mundial y, al principio, este hecho benefició a la economía sueca. Los países en guerra necesitaban mucho material y Suecia podía exportar una gran parte, especialmente a Alemania. Pero no todo fue bien.
Hubo una pérdida masiva de cosechas y, debido a la guerra en Europa, era difícil importar suficientes alimentos. En las calles estallan fuertes disputas y disturbios y la gente habla de revolución, como en Rusia. El gobierno, liderado por el partido de la derecha, estaba bajo presión y perdió influencia. Los socialdemócratas y los liberales aprovecharon la oportunidad para forzar la introducción del sufragio universal e igualitario. En 1921, las mujeres pueden votar por primera vez en Suecia.
Después de la Primera Guerra Mundial, se instala la paz en gran parte de Europa durante 20 años, pero siguen siendo tiempos difíciles. Dos profundas crisis económicas tienen lugar durante este período y afectan a la mayor parte del mundo. Durante una de ellas, la crisis de 1920, el desempleo aumenta en Suecia en más del 30 por ciento y muchas empresas se declaran en quiebra. En este período casi no hay ayudas ni subsidios disponibles para la población desempleada y pobre. Es una época llena de conflictos: entre el gobierno y el pueblo y entre empresarios y trabajadores, a menudo representados por sus sindicatos.
Las empresas suecas que no se han arruinado se recuperan con bastante rapidez y salen de la crisis incluso más fuertes que antes. Pero para la gente pasa un largo tiempo antes de que los años difíciles terminen y el desempleo descienda. Y diez años después, ¡vuelve a pasar! Durante la crisis de los años 30, el desempleo vuelve a subir tanto que uno de cada cuatro adultos se queda sin trabajo. Al igual que durante la crisis de los años 20, la crisis de los 30 es una época difícil para las personas y las empresas… pero también es un período en el que las compañías suecas se desarrollan más rápido que nunca, en comparación con el resto del mundo.
Quizás aún no se note realmente, pero Suecia está de camino a convertirse en un país rico. Durante la crisis de los años 30, el gobierno es más activo que durante la crisis de los 20 y ofrece empleos especiales (trabajos de ayuda) para reducir el desempleo. Esto constituye un gran cambio en cuanto a la forma de gestionar la economía y la función del gobierno. Ahora se difunde una teoría según la cual el gobierno puede y debe tomar un papel activo para influir en la economía. En tiempos de crisis, el gobierno debe ayudar a reactivar la economía de nuevo mediante la construcción de carreteras y puentes, asegurándose de que las personas tengan trabajo y reciban una remuneración para que puedan comenzar a comprar y dar trabajo a más personas.
Y, en las épocas de bonanza, el gobierno debe frenar un poco la economía reduciendo sus inversiones para que no se acelere demasiado rápido. Tanto los sindicatos como los economistas más importantes coinciden en que se trata de buena política económica. Gracias a estas políticas, la crisis de los 30 no genera conflictos tan fuertes como la de los años 20. El mercado laboral sueco se caracteriza cada vez más por el consenso y menos por los conflictos y las huelgas. En 1938, los sindicatos y los empresarios se reúnen en Saltsjöbaden, a las afueras de Estocolmo, para firmar un tratado: el Acuerdo de Saltsjöbaden.
Se trata de un tratado sobre cómo los empresarios y los sindicatos deben negociar y ponerse de acuerdo sin tener que recurrir a huelgas, cierres patronales ni a otros tipos de conflictos. Al inicio de la Segunda Guerra Mundial, Suecia vuelve a permanecer neutral. Aunque los tiempos son difíciles, con un elevado desempleo, Suecia evita la enorme destrucción que se extiende por Europa y el mundo. Y, nuevamente, la economía sueca sale beneficiada por el aumento de la demanda de mineral, acero, madera, cereales y máquinas. Cuando termina la guerra, Europa está en ruinas y muchos de los competidores de las empresas suecas se quedan sin fábricas.
La economía sueca continúa creciendo.