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El sistema electoral en Francia
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¿Qué es lo que más abunda en Francia?
¡Francia! El país más grande de la UE y el destino turístico más popular del mundo. ¡Y aquí está Danni! Según Danni aquí hay demasiados turistas. Casi siempre estorbando. Si por ella fuese, las cosas serían diferentes.
Pero-- tú también puedes decidir, Danni. ¿Cómo? Pues puedes hacer que te elijan. Puedes unirte a un partido político. O crear tu propio partido. Si te vota gente suficiente dentro de tu municipio, te elegirán para el consejo municipal... ...
y tomarás parte en las decisiones sobre presupuestos, carreteras, obras... ...Vale. Quieres decidir más cosas. Entonces tendrás que hacer que te elijan para el consejo de una zona más amplia en las que está dividida Francia: los departamentos. En la Francia continental hay 96 departamentos y cinco más en las antiguas colonias. O que te elijan para el consejo de una de las regiones.
Las regiones son más grandes que los departamentos y tienen un presupuesto más grande. ¿Qué? ¿Legislación? No, las regiones no pueden aprobar una legislación nueva. Si quieres hacer eso, tienes que ir a París e involucrarte en la política nacional. Aquí se encuentra el parlamento nacional francés con sus dos cámaras: el Senado y la Asamblea Nacional. Si te hubieses quedado un poco más en las regiones, alguien de allí podría haberte nombrado para el Senado.
Porque la población no elige de manera directa a los senadores, sino que son elegidos indirectamente por los consejos regionales, los alcaldes y otros políticos locales. Así que, ¡tendrás que salir y hacer campaña! Porque es así como puedes hacer que te elijan para la otra cámara, la Asamblea Nacional, y allí puedes tomar parte en las decisiones sobre leyes nuevas que afectarán a toda Francia. ¿Qué? ¿Quieres -- decidir más -- por tu propia cuenta? Danni --quieres ser presidenta-- ¿verdad? Ya me parecía a mí.
Vale. El presidente de Francia lo elige el pueblo en las elecciones generales que se celebran cada cinco años. Los partidos se enfrentan entre sí, cada uno con un candidato. Dos de los partidos -los conservadores y los socialistas- celebran primero sus propias elecciones internas, las primarias, para escoger a sus candidatos. Pero como tú tienes tu propio partido, puedes nombrarte a ti misma como candidata de tu partido. ...¡Eh, fíjate! ¡Te ha votado un montón de gente!
Eres la segunda más votada. No, la segunda. No has ganado. Pero esto aún no se ha acabado. Porque, si ninguno de los candidatos obtiene una mayoría absoluta, es decir, si nadie obtiene más del 50 por ciento de votos, entonces los dos candidatos con más votos pasan a una segunda votación.
Ahora la gente puede volver a votar y escoger entre el primero y el segundo. Y mira, Danni, ¡has ganado! ¡Ya eres la presidenta de Francia! Eres la cabeza de estado y la comandante en jefe. Tú eres quien decide si se vas a usar armas nucleares (por favor, no). Pero, lo más importante: tú eres quien nombra al Primer Ministro...
y a todos los demás ministros del gabinete: ¡al gobierno al completo! Pero no puedes nombrar a quien tú quieras, exactamente. Porque si escoges a alguien que la Asamblea Nacional no acepta, pueden imponer la dimisión de ese ministro. De modo que la cantidad de poder que recibes como presidenta está en gran medida condicionado por el resultado de la votación de la Asamblea Nacional. Tampoco puedes cambiar por tu cuenta ninguna ley.
Para eso necesitas que tanto el Senado como la Asamblea Nacional te apoyen. ¿Te resulta frustrante que el Parlamento también opine a la hora de tomar decisiones? Mmmm, pero es así como funciona la democracia. Es para que ningún individuo obtenga demasiado poder propio. Pero si las cosas realmente no funcionan entre tú y el Parlamento, puedes disolver la Asamblea Nacional. Entonces el pueblo tendrá que votar de nuevo: habrá nuevas elecciones.
Y si tienes suerte, la gente te elegirá una nueva Asamblea Nacional más colaboradora. ¿Qué? ¿Los turistas esos? No, tendrás que acostumbrarte a ellos.