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El sistema electoral en Irán
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¿Verdadero o falso? En Irán, cualquier persona mayor de 18 años puede presentarse a presidente.
Nos encontramos en la capital de Irán: ¡Teherán! ¡Y aquí está Danni! Está enfadada porque el aire está muy contaminado. Quiere hacer algo al respecto, por lo que tiene que llegar al poder. ¿Cómo lo puedes conseguir? Si quieres cambiar las cosas, puedes ser elegida. ¿Quieres tener voz para decidir cómo gastar el dinero del país? En Irán, el presidente es quien decide sobre el presupuesto del país.
Por lo tanto… ¿quieres ser presidenta? Está bien, pero no puedo asegurarte que puedas presentarte. Verás, la religión es muy importante en Irán. Irán es un estado religioso donde todas las leyes deben estar en consonancia con la religión. Cuando un estado se basa en una religión, se llama teocracia.
Irán profesa una de las dos ramas principales del islamismo: la chiíta. Entonces, para llegar a ser presidenta, tendrás que ser una musulmana chiíta. Pero eso no es todo: en Irán también existe un grupo de hombres que actúan como guardianes de la religión y que se denominan el Consejo de Guardianes. El Consejo de Guardianes es el que decide si puedes presentarte a las elecciones. Si promueves opiniones contrarias al Consejo de Guardianes (pongamos por caso que quieres abolir la pena de muerte), el Consejo puede decidir que no tienes permiso para participar en las elecciones. ¿El hecho de ser mujer?
La verdad es que no. No hay ninguna ley en contra de que las mujeres se presenten a la presidencia, pero no es muy común que el Consejo de Guardianes lo permita. ¡Pero puedes intentarlo! Sin embargo, tendrás que considerar llevar una velo en la cabeza. Oh, sí, en Irán todas las mujeres deben llevar un velo en la cabeza cuando están fuera de casa. Y si quieres cambiar esa ley, el Consejo de Guardianes no debe saberlo… ¡Mira, has sido aceptada! ¡Ahora puedes presentarte a las elecciones presidenciales!
Las elecciones presidenciales se celebran cada cuatro años y todos los ciudadanos a partir de los 18 años pueden votar por uno de los candidatos aceptados por el Consejo de Guardianes. Para convertirte en presidenta, debes obtener la mayor cantidad de votos o la segunda mayoría en las elecciones presidenciales. Luego hay una segunda votación entre esos dos candidatos y, en ella, necesitarás al menos el 50 por ciento de los votos para ganar y convertirte en presidenta. Si lo consigues, tendrás poder para nombrar a los ministros, decidir sobre la política exterior y acerca del presupuesto nacional. Pero no podrás aprobar leyes. Ése es el trabajo del parlamento.
Si, por el contrario, deseas tener un escaño en el Parlamento, también debes contar con la aprobación del Consejo de Guardianes. Pero puedes ser elegida para el Parlamento aunque no seas una musulmana chiíta. Verás, hay algunos escaños reservados para las minorías del país. No obstante, el Parlamento no puede decidir con respecto a cualquier ley: en Irán, la legislación tiene que estar de acuerdo con las interpretaciones del islamismo por parte del gobierno. El Parlamento también tiene otra función importante: nombrar a seis de los doce miembros del Consejo de Guardianes.
Los otros seis son elegidos por el Jefe de Estado. No, no es el presidente. En Irán, el Jefe de Estado es el Líder Supremo. Esa persona es la máxima autoridad del país, con control sobre el ejército, los tribunales, el gobierno, la televisión, y tiene la última palabra en muchos asuntos políticos relevantes. ¿Quieres ser Líder Supremo? Bueno, tendrás que esperar un poco.
El cargo de esa persona se asigna de por vida y el Líder Supremo no es elegido por el pueblo, sino por un equipo de expertos legales: la Asamblea de Expertos. Y éstos son seleccionados de manera similar al Parlamento, con candidatos aceptados por el Consejo de Guardianes que luego son elegidos por el pueblo. Como verás, en Irán hay elecciones públicas, y aquéllos que son elegidos públicamente pueden influir al menos en quién formará parte del Consejo de Guardianes. Ahora bien, el Consejo de Guardianes decide quién puede presentarse a las elecciones y, además, puede vetar a todos los que no compartan sus puntos de vista. Vale, ¿crees que el sistema iraní es injusto? ¿Y que no es lo suficientemente democrático? ¿Ya no quieres ser presidenta de Irán?
Bueno, por suerte existen otros muchos más países en los que puedes intentar gobernar…