
Estrategias de lectura: las conexiones de texto

Actualiza para más contenido
Para ser un lector activo, sólo necesitas leer un libro de principio a fin. ¿Verdadero o falso?
¿Has leído alguna vez un libro y te has sentido identificado? ¿Has pensado algo así como: "Esto me recuerda a cuando..."? Puede que pensases que lo que estabas leyendo se pareciese a algo que ya hubieras leído antes o a una película que hubieras visto. Cuando un escritor escribe sus historias, se deja inspirar por la vida y los sucesos que ocurren a su alrededor. Y hay mucho en nuestras propias vidas que se parece a las vidas de otras personas. Al fin y al cabo, no somos tan diferentes.
Así que, al leer un texto de manera activa, puedes conectar el texto que estás leyendo con aquello que ya sabes. Estás usando la siguiente estrategia de lectura: las conexiones de texto. Puede que pienses que el autor, o autora, ya haya hecho todo el trabajo y que lo único que te queda a ti por hacer sea leer de principio a fin. ¡Oh nooooo! Cuando lees de forma activa, estás creando al menos la mitad del contenido por tu cuenta dentro de tu propia cabeza. Y una manera que tienes de hacerlo es mediante las conexiones de texto.
Puedes conectar el texto con diferentes cosas; contigo y con tus propias experiencias: el texto-y-yo; con otros textos que hayas leído o con películas o series de televisión que hayas visto: texto-con-texto; con las experiencias de otras personas y con aquello que conoces: texto-con-el mundo. Analicémoslas una por una, empezando por la el-texto-y-yo. Si estás leyendo una novela o un libro de historia o de ciencias, ¡deténte! Piensa en lo que acabas de leer y trata de contestar a estas preguntas: ¿A qué cosa de mi vida me recuerda este texto? ¿Cómo me sentiría si esto me ocurriera a mí? ¿En qué me parezco yo al personaje? ¿En qué nos diferenciamos? Ya has conectado el texto contigo mismo y tus vivencias.
La siguiente conexión textual es la que une el texto que estás leyendo con otros textos que hayas leído, oído o visto: texto-con-texto. Haz una pausa en la lectura y responde a estas preguntas: ¿A qué otra historia me recuerda este texto? ¿En qué otro libro o película hay un ambiente o atmósfera similar? ¿Qué otro texto que haya leído tiene ideas y pensamientos parecidos? Ya has conectado el texto que estás leyendo con otros textos que hayas leído. Echémosle también un vistazo a la última conexión de texto: texto-con-el mundo. Como siempre, lee un poco y luego párate y pregúntate: ¿Qué ha ocurrido en mi entorno, en mi familia, mi colegio o en mi ciudad que me recuerde a lo que acabo de leer? ¿Qué personas reales conozco que pensarían y reaccionarían como en esta historia? ¿En qué se diferencia lo que ocurre en el texto con lo que ocurre en el mundo que conozco?
Ya has conectado el texto con el mundo que te rodea. Pararte de forma consciente y hacer este tipo de conexiones, hace que tu cerebro participe más cuando estás leyendo. Eso hace que algunas partes de la historia cobren vida y que el autor pueda contarte cosas que de otra forma te pasarían desapercibidas. El texto te brindará mucho más, y tu experiencia a la hora de leer se ampliará. Al establecer activa y conscientemente conexiones textuales como éstas, te darás cuenta de que podrás leer textos que, de otra manera, te resultarían demasiado difíciles de entender.
Las "conexiones textuales" te ayudan a entender mejor el mundo que te rodea, a las demás personas y a ti mismo.