
El discurso informativo

Actualiza para más contenido
Es jornada de puertas abiertas en la escuela de equitación de María. María tiene que hacer una presentación, pero está nerviosa. Asusta un poco tener que hablar ante tanta gente. Una presentación hecha para un grupo de personas también se llama charla, discurso o demostración, dependiendo de la situación. Si estás nervioso, tienes que prepararte bien.
Así asusta un poco menos. María piensa en qué tipo de presentación va a hacer. Va a hablar sobre los deportes relacionados con la equitación. Ése va a ser su tema. El discurso les proporcionará información a los oyentes. Se trata de un discurso informativo.
María también tiene que tener en cuenta quién va a estar escuchando. Habrá niños pequeños con sus padres. Si la audiencia fueran los amigos del establo, la presentación tendría que ser distinta. A esto se le llama adaptar el discurso a los oyentes. Hacer que se adapte a la audiencia.
Suele ser bastante más fácil hablar sobre algo que te interesa. ¿La equitación? Pero si fuese un tema del que María no supiera nada, por ejemplo, para una presentación en el colegio, tendría que prepararse mejor: buscar datos. En ese caso, conviene averiguar lo máximo posible sobre el tema, convertirse en un experto, para que resulte más fácil hablar de ello. Busca en las distintas fuentes disponibles: internet, libros divulgativos o tal vez... breves vídeos informativos animados.
Con respecto al tema, ¿de qué quiere hablar María? ¿Qué datos conoce ya? ¿Qué le queda por buscar? María hace un borrador anotando todo lo que sabe sobre la equitación, un mapa conceptual. Es una buena manera de ver lo que ya se sabe sobre determinada materia. Y obtener una perspectiva general. Después de haber decidido sobre qué aspectos va a hablar en su discurso, apunta el orden en el que va a hablar de ello.
Hace un esquema. Luego es hora de redactar lo que va a decir, escribir un guión. Los guiones pueden variar en cuanto a lo detallados que se quiere que sean. Hay quien anota todas las palabras que va a decir, y hay quien, por otro lado, hace una lista con varios puntos o palabras clave. María empieza escribiendo exactamente lo que quiere decir.
Luego selecciona las palabras claves del guión, que son las que usará en la presentación. Y, ¿qué aspecto tiene un guión? Lo primero que quieres es que los oyentes entiendan de qué estás hablando y despertar su interés. Captar su atención. Esta parte del discurso se llama "introducción".
Puedes contar una historia corta o una anécdota que tengan que ver con el tema. Debe ser breve; basta con un par de oraciones. Tras la introducción es hora de presentar todos los datos en el orden que hayas establecido en tu esquema. Estás profundizando en el tema. Es la parte más larga del discurso: el "cuerpo" o parte central.
Aquí se pueden mostrar dibujos, mapas o diagramas, si se quiere. Tras haber presentado todo el contenido, trata de volver a la introducción uniéndolo todo y resumiendo lo que acabas de decir. Estamos en la "conclusión". El resumen debe ser breve. Dos o tres oraciones son más que suficientes.
Los oyentes deberían entender que el discurso ha llegado a su fin. El guión está listo. Es hora de ensayar. María lee el texto en voz alta para sí misma, grabándose con el móvil y volviéndose a escuchar. Se da cuenta de que está hablando demasiado rápido.
Es normal cuando estamos nerviosos. Decide hablar más despacio en la presentación. María también está mirando demasiado los apuntes. Esto dificulta que la gente pueda oírla bien. Si en vez de eso mira al público, la oirán mejor.
Y sentirán que se está dirigiendo a ellos. Vale. La presentación está lista. María está contenta. Domina el tema y el texto.
Está bien preparada. Y aún le da tiempo de practicar un poco más. Pero antes... ¡A los establos!